Las exportaciones argentinas de manzanas registraron un desempeño sobresaliente durante los primeros diez meses del año, reflejando una recuperación firme del sector frutícola nacional. De acuerdo con datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), el país exportó 81.600 toneladas entre enero y octubre, lo que representa un incremento interanual del 21% y un 8% más que el promedio de los últimos cinco años.
El impulso exportador tiene un destino protagónico: Brasil, que se consolidó como el principal comprador de la manzana argentina. Según el informe oficial citado por el medio +P, el vecino país importó más de 35.100 toneladas, un 23% más que en 2024 y un 60% superior al promedio de las últimas cinco campañas. Con estas cifras, el mercado brasileño absorbe el 43% de las exportaciones totales, el nivel más alto en una década.
Este resultado responde a una combinación de factores. Por un lado, la competitividad cambiaria favorece a la fruta argentina frente al real brasileño —actualmente en torno a 5,36 reales por dólar, tras haber alcanzado picos de 6,73 el año pasado—. Por otro, se mantiene una demanda constante en Brasil, incluso en contextos económicos adversos.
Desde el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, región emblemática de la producción frutícola, un empresario consultado por +P del LMNeuquen , sostuvo: “Brasil sigue siendo nuestro socio más confiable. Su demanda firme nos da previsibilidad y permite planificar a largo plazo”.
El mercado brasileño no solo se destaca por su volumen, sino también por su regularidad operativa. Un ejecutivo de una firma exportadora explicó que “Brasil cumple con los plazos de pago y mantiene un flujo constante de compras, lo que facilita la programación logística y financiera”.
Los registros históricos respaldan este avance: en 2017, Argentina apenas exportaba 9.800 toneladas de manzanas a Brasil; hoy, esa cifra supera las 35.000. El crecimiento del comercio bilateral refleja una madurez en la relación comercial y una mejora sostenida en la calidad del producto argentino.
Los datos del comercio exterior brasileño confirman la competitividad argentina. Entre enero y octubre de 2025, Brasil importó 170.000 toneladas de manzanas, con Chile liderando las ventas (90.600 t), seguido por Argentina (34.600 t) e Italia (24.500 t). Sin embargo, solo Argentina logró aumentar sus exportaciones respecto al año anterior, mientras que Chile e Italia sufrieron caídas notables.
Este desempeño diferencial se explica por la eficiencia logística, la trazabilidad y las mejoras en la conservación poscosecha implementadas por los productores argentinos. Además, el tipo de cambio sigue siendo un factor clave para mantener precios competitivos en un mercado exigente y de alto consumo como el brasileño.
Aun así, los empresarios advierten que la sustentabilidad del crecimiento depende de políticas internas que respalden la producción, la infraestructura y el acceso a financiamiento. “No alcanza con el tipo de cambio. Necesitamos continuidad en las inversiones y estabilidad regulatoria”, remarcaron desde el sector.
El precio promedio FOB de la manzana argentina exportada a Brasil alcanzó los 96 centavos de dólar por kilo, lo que representa un incremento del 31% en cinco años respecto a 2020, cuando promediaba 73 centavos. Aunque aún por debajo del pico histórico de 2017, los valores actuales se ubican entre los tres más altos de la última década, lo que refleja un mercado firme y con márgenes saludables.
Según especialistas, esta evolución positiva responde a la mejora en los estándares de calidad y empaque, junto con una demanda brasileña sostenida que no se vio afectada por la volatilidad económica reciente. “La manzana argentina se ha posicionado por su sabor, frescura y presentación, y eso genera fidelidad entre los importadores”, sostienen los analistas.
De mantenerse las condiciones actuales, las proyecciones indican que Argentina podría cerrar el año con más de 90.000 toneladas exportadas, consolidando su posición como segundo proveedor de manzanas de Brasil y uno de los principales actores del hemisferio sur.
El Puerto de San Antonio Este, principal punto de salida de la fruta del Alto Valle hacia los mercados internacionales, sigue siendo un eslabón estratégico para las exportaciones de la Patagonia. Allí, la modernización de la infraestructura y la eficiencia en el embarque han sido claves para sostener la competitividad.
En palabras de un productor regional, “Brasil nos ofrece estabilidad, pero el desafío está en diversificar mercados y sostener la calidad. Si seguimos invirtiendo en tecnología y logística, el futuro será aún más prometedor”.
Con estos resultados, la manzana argentina reafirma su lugar en el mapa global de frutas frescas, demostrando que la combinación de calidad, previsibilidad y estrategia exportadora puede transformar los desafíos del sector en oportunidades sostenibles, afirmo +P lmneuquen.