Por Agroempresario.com
Durante una entrevista en MDZ Radio, Rappallini brindó detalles sobre el trabajo conjunto que realiza la UIA junto con el Consejo de Mayo, un espacio que reúne a actores clave del ámbito productivo y económico. El objetivo: presentar una propuesta integral el próximo 11 de diciembre que siente las bases para un nuevo sistema impositivo más equitativo y viable.
Según explicó, la presión fiscal formal en Argentina ronda el 52%, mientras que la recaudación efectiva representa solo el 28% del PBI. Esta diferencia, señaló, "muestra el alto grado de informalidad que atraviesa el sistema productivo".
“Lo interesante es que ese 28% que efectivamente se recauda es el nivel que debería pagar todo el mundo. No hay que cambiar tanto los impuestos, sino hacer que todos los actores paguen. Ese es el verdadero desafío”, afirmó Rappallini.
El titular de la UIA sostuvo que el proceso de reforma no puede ser inmediato, sino que debe llevarse a cabo de forma gradual y planificada, con una lógica similar a la adoptada por Brasil, que implementará su nueva reforma fiscal a partir de 2026 con un cronograma de seis años.
“Nosotros pensamos que puede ser en menos tiempo, pero entendemos que es una transformación de mediano plazo. El objetivo es integrar gradualmente a todos, bajando impuestos en sectores clave, generando incentivos al blanqueo y favoreciendo que más actores ingresen a la formalidad”, explicó.
En este sentido, hizo hincapié en que las Pymes y microPymes, sectores fundamentales de la economía argentina, son las más perjudicadas por el actual esquema impositivo: “Con esta presión fiscal, si una microempresa paga todos los impuestos, no sobrevive. Es fundamental bajar alícuotas para que las empresas puedan crecer y pagar correctamente”.
La reforma que promueve la UIA no tiene un solo objetivo, sino que se propone abordar varias aristas del desarrollo económico: fomentar las inversiones, incrementar las exportaciones y generar empleo genuino.
“No es solo bajar impuestos, sino también eliminar tributos distorsivos como el impuesto a las ganancias tal como está planteado, y diseñar un esquema que aliente a quienes quieren invertir y generar trabajo”, expresó Rappallini.
Asimismo, subrayó la necesidad de avanzar hacia un equilibrio fiscal, con una política que reduzca el gasto público o, al menos, lo haga más eficiente, apostando a que el crecimiento económico sea el vehículo para cerrar la brecha fiscal.
Al referirse a la coyuntura actual, Rappallini describió un panorama preocupante para la industria nacional. “Estamos en un momento de transición. Veníamos de una caída fuerte por el ajuste económico, tuvimos una recuperación leve entre octubre y marzo, pero desde junio entramos en una meseta muy baja”, precisó.
El nivel de actividad industrial, según detalló, se encuentra un 10% a 12% por debajo de 2022, y las últimas subas de tarifas han afectado la competitividad de muchas empresas.
“Con la reciente tensión financiera y la incertidumbre económica, se percibe una sensación rara en todos los sectores. No termina de despegar la economía”, concluyó.