Por Agroempresario.com
La ganadería argentina se encuentra en un punto crítico: ante una demanda mundial de proteína animal insatisfecha, los referentes del sector destacan que la estabilidad política y económica es clave para aumentar la productividad y capitalizar oportunidades en los mercados internacionales. En el Forbes Agro Tech & Campo Summit, los líderes del sector coincidieron en que el stock estancado hace 20 años y la brecha productiva son los principales obstáculos para dar el salto exportador y mantener la calidad premium.
Mauricio Groppo, presidente de la Asociación Argentina de Brangus, subrayó que el sector necesita previsibilidad a largo plazo. “En productividad estamos atrasados; gran parte de esto se debe a políticas erráticas”, señaló. Según Groppo, los ciclos ganaderos, que suelen durar entre tres y cuatro años, requieren políticas consistentes para planificar la producción de carne vacuna y mejorar la eficiencia en las distintas regiones del país.
El dirigente también destacó el impacto de la expansión agrícola sobre la ganadería, especialmente en las zonas más productivas. “El corrimiento hacia áreas menos productivas ha modificado el mapa global de la producción de carne, con regiones del trópico y subtrópico ganando relevancia, como sucede en Brasil”, explicó. En cuanto a la genética, indicó que aunque el Angus sigue siendo dominante, las razas sintéticas como el Brangus, adaptadas a distintas zonas del norte argentino, aún tienen un amplio margen de desarrollo.
A pesar de los desafíos estructurales, Groppo se mostró optimista: “Tenemos un producto con gran potencial, solo necesitamos mejorar políticas, productividad y trazabilidad”.
Antonio Ricillo, CEO de Grupo Riccillo, resaltó que la recría y la producción de animales más pesados son el futuro del negocio. “El mundo demanda animales pesados, y nuestra oportunidad está en agregar kilos y mejorar genéticamente”, afirmó. Según Ricillo, la exportación exige un enfoque distinto al mercado interno, priorizando animales de mayor peso para abastecer la demanda internacional.
El empresario destacó que el feedlot es rentable para el proceso de conversión de grano en carne, pero subrayó que la reposicion de terneros es un desafío para el circuito interno. “Con un buen precio, habrá más jugadores interesados en la recría, algo vital para sostener la producción de animales pesados”, agregó.
Ricillo también pidió “calma política” y una visión de largo plazo para que la ganadería argentina sea considerada un actor estratégico en la economía nacional.
Mario Ravettino, vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), enfatizó que la tarea urgente es aumentar la producción de carne sin perder calidad. “El mundo demanda carne, debemos darle más kilos a lo que tenemos en lugar de rehacer la producción”, explicó. Según Ravettino, la Argentina mantiene su stock de ganado, pero el estancamiento de las últimas dos décadas limita la posibilidad de expandirse hacia mercados como el sudeste asiático, incluyendo China.
El IPCVA destaca la calidad de la carne argentina en mercados clave como la Unión Europea, mediante la cuota Hilton y la cuota 481, y subraya la necesidad de continuar trabajando para mantener el liderazgo. El organismo participa activamente en ferias internacionales y busca promocionar el producto argentino en Estados Unidos, China y otros destinos estratégicos, mientras defiende la cadena ante desafíos globales como la normativa de deforestación y la apertura de nuevos mercados.
Los tres referentes coincidieron en que la brecha productiva entre productores de punta y promedio es un desafío central. Mientras algunos criadores alcanzan niveles de eficiencia avanzados, otros aún enfrentan limitaciones técnicas y de infraestructura. Mejorar la genética, la alimentación y la gestión de feedlot es clave para reducir esta brecha y aumentar la oferta de animales pesados, la principal demanda de la exportación de carne.
Asimismo, la necesidad de reglas claras y estables se percibe como una herramienta imprescindible para atraer inversiones y permitir la planificación a largo plazo. La combinación de políticas coherentes y estrategias productivas permitirá que la ganadería argentina aproveche la creciente demanda internacional y consolide su posición en mercados premium.
La visión de los líderes reunidos en el Forbes Agro Tech & Campo Summit es clara: la Argentina posee un producto de alta calidad, con oportunidades de expansión en Asia y Europa, pero requiere estabilidad política, mejoras productivas y enfoque en el animal pesado para capitalizar plenamente la demanda global.
Groppo, Ricillo y Ravettino coincidieron en que mantener la trazabilidad, invertir en genética y fortalecer la recría permitirá no solo incrementar la oferta, sino también garantizar que la carne argentina continúe siendo reconocida por su calidad premium. Esto posicionará al país como un proveedor estratégico de proteína animal a nivel global, asegurando sostenibilidad y rentabilidad para los productores a largo plazo.
El consenso es que la ganadería argentina está lista para dar un salto exportador, pero el éxito dependerá de la combinación de políticas públicas claras, inversión en tecnología y gestión profesional de la producción. La estabilidad y la planificación estratégica son las claves para que la Argentina mantenga su liderazgo en la exportación de carne y responda a los desafíos de un mercado mundial en expansión.