Por Agroempresario.com
En un hecho que marca un punto de inflexión para la economía del conocimiento en Argentina, fue inaugurado MiradorTEC, el Parque Tecnológico del Paraná, un emprendimiento de US$ 16 millones que se posiciona como el motor de transformación productiva, tecnológica y científica de la región mesopotámica.
Ubicado en un predio de 8000 m² frente al majestuoso río Paraná, el parque alberga a 27 empresas, 22 proyectos de investigación, 4 universidades y 8 instituciones vinculadas con la ciencia, la tecnología y el desarrollo económico. Pero más allá de su infraestructura de vanguardia, lo que hace único a MiradorTEC es su rol como ecosistema inteligente: un punto de encuentro donde convergen empresas, investigadores, universidades, inversores y el Estado para diseñar, prototipar y escalar soluciones innovadoras de impacto local y global.
El proyecto fue impulsado por el Gobierno de Entre Ríos, junto al Instituto Autárquico Provincial del Seguro (IAPSER) y el Polo Tecnológico de Paraná, con una visión clara: convertir a la provincia en un polo de desarrollo de la economía del conocimiento, con foco en sectores estratégicos como el agro, la avicultura, la tecnología verde, la biotecnología y la inteligencia artificial.
Durante la inauguración oficial, el gobernador Rogelio Frigerio destacó el carácter estratégico del nuevo espacio:
“En este espacio se van a generar las soluciones tecnológicas que necesita el agro, la avicultura y las distintas cadenas de valor de nuestra provincia. Pero también vamos a exportar talento argentino al mundo. La economía del conocimiento es la piedra angular del futuro”.
El edificio central de MiradorTEC no solo ofrece vistas privilegiadas al río, sino que fue concebido bajo los más altos estándares de innovación y sustentabilidad. Cuenta con 44 oficinas, 3 espacios de coworking, 2 auditorios, salas de reuniones, aulas de capacitación, áreas de divulgación científica, una cinemateca y zonas de esparcimiento.
La estructura es autosostenible financieramente gracias al alquiler de oficinas a empresas tecnológicas y a la organización de eventos corporativos. El proyecto fue financiado íntegramente por IAPSER, sin necesidad de usar fondos públicos provinciales.
“Destacamos que el proyecto se pudo hacer realidad sin recurrir a fondos provinciales. Gracias a IAPSER pudimos fondear el proyecto y ellos se llevan una renta mensual”, explicó Carlos Pallotti, Director General de MiradorTEC.
En palabras de Pallotti, la inspiración para este parque surgió de modelos exitosos como Ruta N en Medellín o el Distrito de Innovación en Guadalajara, que lograron crear riqueza basada en el conocimiento.
“Este espacio es posible por la decisión de un gobierno que vislumbró que uno de los pilares del crecimiento de la región debe ser el desarrollo tecnológico”.
Además, el parque cuenta con un Consejo Asesor de prestigio internacional, integrado por referentes como Silvia Torres Carbonell (IAE), Lino Barañao (exministro de Ciencia), Martín Umarán (cofundador de Globant), Eduardo Levi Yeyati, Sebastián Ceria y Leandro Vetcher, quienes colaboran en la identificación de oportunidades globales y asesoramiento estratégico.
Entre las primeras 27 empresas que ya ocupan oficinas en MiradorTEC, varias están enfocadas directamente en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el agro, la gestión ambiental, la inteligencia artificial y el blockchain aplicado a la trazabilidad agroindustrial.
Algunas de las compañías destacadas incluyen:
También se suman empresas de software, servicios profesionales, simulación digital, modelado colaborativo, ciberseguridad y comunicación organizacional, que complementan el entramado empresarial del parque.
Uno de los grandes diferenciales de MiradorTEC es su fuerte vinculación con instituciones académicas y organismos científicos. Participan en el ecosistema 4 universidades, entre ellas la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), junto a 11 entidades de ciencia y tecnología y 7 organismos estatales nacionales y provinciales.
Daniel Salamone, presidente del CONICET, subrayó:
“Este proyecto es mucho más que un edificio: es la creación de un ecosistema que atraerá inversión, conocimiento y que dinamizará la economía de la provincia”.
Walter Sione, secretario de Ciencia y Tecnología de Entre Ríos, también celebró la iniciativa:
“Es la oportunidad de aplicar el conocimiento a los problemas productivos, en un espacio donde investigadores, universidades, empresas y el Estado estarán presentes”.
Uno de los aspectos más celebrados del proyecto es su estructura financiera: no se utilizaron fondos públicos provinciales. El parque fue financiado a través de una inversión directa de IAPSER, a cambio de una renta que se paga mediante la actividad económica que genera el propio parque: alquiler de oficinas, coworkings y eventos.
Este modelo de autosostenibilidad es considerado un caso replicable en otras regiones del país.
MiradorTEC no es solo un edificio moderno: es un ecosistema orientado al impacto. Alberga un programa de incubación de startups, un fondo de financiamiento para proyectos innovadores, y está conectado con redes internacionales de inversión e innovación.
Las 600 personas que podrán trabajar diariamente en el campus lo harán en un ambiente que estimula la creatividad, el intercambio de ideas y el desarrollo de soluciones con impacto económico y social.
La iniciativa es también una apuesta por detener el “éxodo de talento” que afecta a muchas regiones del interior. MiradorTEC busca retener y atraer talento, ofreciendo oportunidades de desarrollo profesional en un entorno altamente calificado, sin necesidad de migrar a grandes centros urbanos.
El éxito de MiradorTEC ya está generando repercusión en el ámbito empresarial, científico y gubernamental. En una época donde la diversificación productiva y la transformación digital son clave para el desarrollo, Entre Ríos da un paso firme para consolidarse como un polo innovador.
Con un enfoque multisectorial, basado en alianzas público-privadas, ciencia aplicada y visión estratégica, el Parque Tecnológico del Paraná se convierte en un modelo para seguir en la Argentina del futuro.