Por Agroempresario.com
La tensión y el hermetismo marcaron el segundo día de negociaciones del ministro de Economía argentino, Luis Caputo, en Washington, mientras crece la expectativa por una posible asistencia financiera desde el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y un eventual respaldo más contundente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La agenda oficial del equipo económico, que llegó el viernes a la capital norteamericana, se mantiene en estricta reserva. Caputo viajó acompañado por el secretario de Política Económica, José Luis Daza, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili. La posible reunión nocturna del domingo con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, no fue confirmada públicamente, aunque fuentes cercanas a las negociaciones señalaron que se trataba del encuentro más esperado del viaje.
Desde el Gobierno argentino se ha establecido una política de silencio absoluto. En sintonía con esta línea, el presidente Javier Milei reafirmó este domingo en una entrevista en LN+ que “solo se anunciarán cosas concretas”, negando la validez de cualquier filtración o rumor. “Conozco la lógica del equipo económico y son híper herméticos”, afirmó.
En paralelo, Caputo se expresó vía X (antes Twitter), reiterando el mensaje del sábado: “Como ya dijo [el vocero] Manuel Adorni, nada que no venga de fuentes oficiales debe ser asumido como cierto”.
El jueves anterior, Bessent había adelantado que esperaba avanzar significativamente en las conversaciones con Caputo durante el fin de semana. Este gesto aumentó las expectativas en los mercados, ansiosos por señales de apoyo internacional que ayuden a calmar la volatilidad financiera en la Argentina.
Además de Bessent, se espera la participación en las reuniones del subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, Michael Kaplan, quien ha sido uno de los funcionarios más involucrados en la relación bilateral con el Ministerio de Economía argentino.
Las opciones en discusión incluyen una línea de swap financiero de hasta US$ 20.000 millones, la compra de bonos de deuda argentinos por parte del Tesoro y el posible otorgamiento de un crédito a través del Fondo de Estabilización Cambiaria. “Les estamos dando un swap; no estamos poniendo dinero en la Argentina”, aclaró Bessent días atrás, destacando la naturaleza del respaldo como una herramienta técnica y no un simple desembolso directo.
Analistas financieros coinciden en que un anuncio concreto del Tesoro sobre la compra de bonos soberanos argentinos —tanto en el mercado primario como secundario— podría tener un efecto inmediato en la reducción del riesgo país, un indicador que refleja la desconfianza del mercado hacia la deuda argentina.
“El Tesoro está totalmente preparado para hacer lo que sea necesario y continuaremos observando de cerca los acontecimientos”, expresó Bessent en una reciente declaración.
Desde el FMI, la directora gerente Kristalina Georgieva también se mostró activa en los últimos días. El viernes confirmó que había mantenido conversaciones con Bessent sobre “los amplios planes de asistencia financiera de Estados Unidos”, incluyendo el uso de Derechos Especiales de Giro (DEG).
Este instrumento —una especie de moneda supranacional creada por el FMI— podría ser utilizado por el Tesoro para estructurar parte del paquete de ayuda, incluso mediante un swap con recursos en DEG. Sin embargo, el Ministerio de Economía y el BCRA evitaron dar definiciones al respecto.
El respaldo de Estados Unidos a la Argentina no ha estado exento de críticas internas. Algunos sectores, como los productores de soja y analistas de política exterior, se muestran reticentes a una asistencia directa sin compromisos concretos de cambio económico en Argentina.
Mark Sobel, exsubsecretario adjunto del Tesoro para Política Monetaria y exrepresentante de EE.UU. ante el FMI, fue tajante al respecto. Citando un artículo del Financial Times titulado “Los astutos operadores cambiarios argentinos agotan los dólares de Milei”, Sobel advirtió: “No hace falta ser astuto para vender un peso sobrevaluado al borde de una crisis. Trump y Bessent deben decirle firmemente a Milei que debe dejar flotar el peso. Sería irresponsable no hacerlo”.
Mientras tanto, el embajador designado por Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, hizo un sorpresivo posteo en X asegurando que el país está próximo a recibir inversiones extranjeras significativas. “Las empresas estadounidenses y el mundo occidental están a punto de invertir una cantidad de capital sin precedentes en la Argentina”, escribió.
Lamelas, un médico cubano-estadounidense recientemente confirmado por el Senado, agregó que trabajará “día y noche” para concretar esa promesa. Acompañó su mensaje con imágenes de un encuentro reciente con el Consejo Empresarial Estados Unidos–Argentina (USABC).
Argentina se encuentra en una carrera contra el tiempo. La crisis cambiaria, la escasez de reservas internacionales y la cercanía de las elecciones legislativas de 2025 generan un escenario de alta tensión económica y política.
Las negociaciones en Washington son vistas como una tabla de salvación por parte del Gobierno de Javier Milei, que busca recomponer la confianza de los mercados y estabilizar el tipo de cambio. En las próximas horas, se esperan definiciones concretas sobre el rumbo de la asistencia financiera que Estados Unidos podría brindar, ya sea vía Tesoro o con respaldo del FMI.
Cualquier anuncio será clave para medir el margen de maniobra que tendrá el Ejecutivo en los meses venideros. Por ahora, tanto en Buenos Aires como en Washington, reina el hermetismo.
Con respecto a Washington, como ya dijo @madorni, nada que no venga de fuentes oficiales debe ser asumido como cierto. Gracias
— totocaputo (@LuisCaputoAR) October 4, 2025