Por Agroempresario.com
Antonio Riccillo, Presidente del Grupo Riccillo, compartió su experiencia y visión sobre la producción agropecuaria argentina durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero. Su exposición se centró en el desarrollo de la producción porcina, la integración con otras actividades agroindustriales y el potencial de la bioeconomía y la economía circular en el país.
Riccillo recordó sus inicios como primera generación de trabajadores agropecuarios y el crecimiento de su empresa a lo largo de más de 45 años, desarrollando distintas actividades productivas en colaboración con su hijo. Destacó la importancia de las experiencias adquiridas en el día a día de la producción, más allá de la formación académica formal:
“Estas iniciativas, como la de Agroempresario.com, son herramientas fundamentales para aprender de la experiencia, compartir conocimientos y generar valor en la producción”, señaló.
El presidente del Grupo Riccillo destacó la evolución del consumo de carne porcina en Argentina. Cuando comenzaron en los años 90, el consumo era de apenas 1,4 kilos por habitante, incluyendo fresco y elaborado. Hoy, se superan los 23 kilos por habitante, y la empresa proyecta llegar a 30 kilos en el corto plazo.
Riccillo subrayó que el cerdo es un eficiente transformador de proteína primaria en proteína con valor agregado, utilizando maíz y soja, recursos abundantes en Argentina, lo que convierte al porcino en una actividad estratégica para el país.
“El cerdo no solo produce alimentos de calidad, sino que también genera arraigo familiar y empleo rural. En nuestro caso, más de 200 familias trabajan en nuestras operaciones en Saladillo y General Alvear, evitando la emigración del campo”, destacó.
Riccillo explicó cómo la producción vacuna se desarrolla en dos modalidades: extensiva a campo y recría intensiva, combinando genética, suplementación y pasturas para optimizar el peso y la calidad de los animales. Señaló que el mercado de exportación ha abierto oportunidades para producir animales más pesados y de mayor valor, incrementando la eficiencia y rentabilidad de la producción.
En el área agrícola, el Grupo Riccillo siembra solo los granos necesarios para la alimentación de su producción, incluyendo maíz, soja, cebada y sorgo, asegurando un sistema integrado de producción primaria y procesamiento industrial
Uno de los puntos más destacados de la presentación fue el desarrollo de bioenergía a partir de los residuos de la producción. A través del programa Renovar 2.0, el Grupo Riccillo instaló una planta de bioenergía en General Alvear, a 30 km de su establecimiento principal. La planta utiliza cama de pollo, purines de cerdo y residuos de feedlot, junto con pequeños volúmenes de silo, para generar metano, que alimenta motores eléctricos que inyectan energía a la red nacional a 13.200 volts, suficiente para abastecer a 6.000 hogares.
Riccillo detalló el proceso de los biodigestores, tanques gigantescos de aproximadamente 5 millones de litros, que funcionan como un estómago artificial donde bacterias producen metano, transformando residuos en energía limpia. Además, se separan líquidos y sólidos: los líquidos se usan para riego y los sólidos se procesan en biofertilizantes, completando un ciclo de economía circular y bioeconomía.
“Si logramos duplicar la capacidad de producción energética, toda la ciudad de General Alvear, de 10.000 habitantes, podría recibir energía limpia generada a partir de nuestros residuos agroindustriales”, aseguró.
Riccillo enfatizó que la producción de carne de cerdo y vacuna, junto con la agricultura y la bioenergía, conforma un sistema integrado donde cada etapa agrega valor. La soja se procesa en expeller y aceite, mientras que los residuos alimentarios y ganaderos se convierten en energía y biofertilizantes, cerrando un ciclo productivo sostenible.
El directivo destacó la importancia de la tecnología, la genética y la infraestructura, especialmente en feedlots con capacidad para 3.000 animales por galpón, sistemas de limpieza con scraper y control sanitario avanzado, garantizando bienestar animal y calidad alimentaria.
El Grupo Riccillo trabaja también en biochar, un producto que contribuye a la fijación de carbono en el suelo, mostrando el potencial de la bioeconomía argentina para generar valor agregado, empleo y sostenibilidad ambiental. Actualmente, el país cuenta con 31 plantas de biomasa, pero Riccillo destacó que hay un gran margen de crecimiento y oportunidad en este mercado emergente.
“La economía circular no termina nunca: transformamos residuos en energía, fertilizantes y nuevos productos que vuelven a la tierra, generando un ciclo virtuoso que fortalece la producción y el desarrollo regional”, concluyó.
Riccillo subrayó que la producción integrada de cerdos, vacunos, pollos, granos y bioenergía no solo produce alimentos, sino que también genera empleo rural de calidad y desarrollo territorial:
Enfatizó que esta dinámica contribuye al arraigo rural, evitando la migración hacia grandes ciudades y fortaleciendo economías locales.
La evolución del consumo argentino de carne de cerdo, de 1,4 kg a más de 23 kg por habitante, refleja la efectividad de la producción intensiva y el valor agregado de la cadena integrada. Según Riccillo, el país tiene un horizonte importante para seguir creciendo, con expectativas de superar los 30 kg por habitante.
“El cerdo es una vedette de la transformación proteica: con 1,3 kg de maíz y soja obtenemos 1 kg de carne. Esto lo convierte en un modelo productivo eficiente y competitivo a nivel internacional”, destacó.
Riccillo hizo hincapié en la necesidad de inversión en tecnología, genética y alimentación para optimizar la producción:
Este esquema integrado permite maximizar el rendimiento productivo y generar un impacto positivo en la economía regional y nacional.
El concepto de bioeconomía y economía circular se traduce en múltiples beneficios:
“Este modelo es aplicable a gran escala y muestra cómo Argentina puede combinar producción agropecuaria, energía y sostenibilidad en un solo proyecto”, resaltó Riccillo.