Pese a las crecientes tensiones entre Washington y Beijing, Apple ratificó su compromiso de seguir invirtiendo en China. La confirmación llegó tras un encuentro entre el CEO de la compañía, Tim Cook, y el ministro chino de Industria y Tecnología de la Información, Li Lecheng, en la ciudad de Beijing.
Según informó el gobierno chino, la reunión tuvo como eje central el fortalecimiento de la colaboración entre Apple y sus proveedores locales, así como la expansión de su participación en el mercado asiático. Aunque no se detallaron cifras ni plazos, desde el Ministerio celebraron la continuidad de las inversiones de la empresa estadounidense en un contexto económico global complejo.
El viaje de Cook ocurre en un momento de tensión renovada entre Estados Unidos y China, impulsada por las nuevas amenazas del expresidente Donald Trump de aplicar aranceles del 100% a productos importados desde el gigante asiático. Esta medida, de concretarse, impactaría de lleno en empresas como Apple, cuya cadena de suministro depende fuertemente de la industria china.
Uno de los puntos críticos en esta disputa es el acceso a las tierras raras, minerales esenciales para la fabricación de dispositivos electrónicos como el iPhone. China concentra cerca del 70% de las exportaciones globales de estos insumos estratégicos, según el Servicio Geológico de EE.UU.
En respuesta a esta dependencia, Apple anunció recientemente que comprará tierras raras recicladas por un valor de 500 millones de dólares a MP Materials, una empresa estadounidense en la que el gobierno de EE.UU. adquirió una participación de 400 millones de dólares en julio. La medida busca diversificar la cadena de abastecimiento y reducir la exposición a las restricciones impuestas por Beijing.
La relación entre Apple y Donald Trump ha sido ambigua desde el inicio del mandato del republicano. Mientras el expresidente exigía la relocalización de la producción tecnológica a Estados Unidos, Apple continuó fabricando la mayoría de sus dispositivos —como los iPhones— en Asia, principalmente en China e India.
Según un informe de CNBC, trasladar la fabricación a suelo estadounidense podría encarecer el precio de los teléfonos en un 25%. Para apaciguar las críticas, Apple anunció inversiones significativas en territorio estadounidense. En febrero, Cook prometió 500 millones de dólares para un nuevo centro de producción en Houston, y en agosto, Trump aseguró que la compañía se comprometió a una inversión adicional de 100.000 millones.
Durante el encuentro en Beijing, el ministro Li Lecheng expresó su deseo de que Apple amplíe su integración con firmas locales. En palabras del periodista Zachary Folk, en su artículo original para Forbes, el gobierno chino busca "una participación más profunda" de Apple en su ecosistema tecnológico.
Aunque Apple no respondió a los pedidos de comentario del medio estadounidense, el mensaje de Cook fue claro: la compañía seguirá apostando por China, incluso frente a las amenazas comerciales de Washington.