Por Agroempresario.com
Mario Anastasio, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), presentó una visión integral sobre la bioeconomía, el agregado de valor en origen y el futuro de la agricultura durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero. El especialista enfatizó que la agricultura de las Américas enfrenta desafíos y oportunidades sin precedentes y que la acción coordinada entre el sector público, privado, la academia y la sociedad civil es clave para construir un futuro sostenible.
Anastasio inició su exposición con una frase provocadora: “Nuestra agricultura no tiene un futuro…”, aclarando que esto no es negativo, sino que evidencia la existencia de muchos futuros posibles para la región. Destacó que las Américas poseen el 28% de las tierras cultivables del mundo, producen el 23% de los alimentos globales y generan el 29% de las exportaciones agrícolas, consolidando su rol como garantes de la seguridad alimentaria global.
Asimismo, resaltó que el continente alberga 30-33% del agua dulce y 50% de la biodiversidad, lo que lo convierte en un guardián de la sostenibilidad ecológica y agroecológica del planeta.
“Tenemos un futuro esperado y un futuro deseable; nuestra tarea es transformar el primero en el segundo a través de la acción y la innovación”, señaló Anastasio, destacando que el camino hacia una agroindustria bioeconómica requiere agregar valor, generar empleo y fortalecer los entramados productivos locales.
El IICA, con más de 80 años de trayectoria y presencia en 34 países de América, trabaja para apoyar a los Estados miembros en desarrollo agrícola y bienestar rural. Anastasio subrayó que el instituto colabora con el sector público y privado, organizaciones de la sociedad civil, sistemas de innovación y la academia, construyendo puentes que permitan enfrentar los desafíos globales de seguridad alimentaria, cambio climático y presión sobre los recursos naturales.
Entre estos desafíos, destacó que para 2050 la población mundial alcanzará los 9.700 millones, lo que implica un aumento de 2.000 millones de personas en apenas 25 años. Esto generará presiones sobre alimentos, recursos y mercados, reforzando la necesidad de transformar los modelos tradicionales de desarrollo agrícola.
Anastasio señaló que aún persisten brechas en eficiencia, rendimiento y adopción tecnológica, y que el agregado de valor no está distribuido equitativamente en los territorios. Frente a estas brechas, la bioeconomía ofrece un modelo alternativo, integrando la producción agrícola con energías renovables, bioinsumos, biomateriales y aprovechamiento de subproductos, promoviendo una transición de la economía lineal a una economía circular.
“La agricultura puede ir más allá de producir alimentos; puede ofrecer servicios ecosistémicos, proteger el suelo, la biodiversidad y optimizar el uso del agua”, afirmó el especialista.
Anastasio enfatizó una frase de Eduardo Trigo, especialista del IICA: “La biomasa viaja mal”, subrayando la necesidad de agregar valor en origen. Esto no solo aumenta la eficiencia y rentabilidad, sino que también genera equidad e inclusión territorial, creando oportunidades para comunidades locales y fortaleciendo cadenas productivas sostenibles.
Además, destacó que la bioeconomía contribuye a mitigar el cambio climático mediante la descarbonización y la reducción de insumos fósiles, aumentando la resiliencia de los sistemas productivos.
El IICA ha implementado un Programa de Bioeconomía e Innovación, que incluye acciones de sensibilización, formación de capacidades y generación de conocimiento basado en evidencia. Hasta la fecha, más de 50.000 personas han participado en seminarios, webinarios y actividades de difusión, y alrededor de 20.000 personas han accedido a cursos de grado, posgrado y programas gratuitos en línea.
El instituto ha publicado más de 80 papers y estudios que demuestran cómo la bioeconomía puede transformar los sistemas productivos de las Américas, posicionándose en foros globales como el G20, la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático y el Global Bioeconomy Summit.
El IICA cofundó y lidera la Red Latinoamericana de Bioeconomía, que agrupa a 100 entidades de 14 países. La institución también ha apoyado a gobiernos en la formulación de políticas públicas, normativas y estrategias, con experiencias destacadas en Argentina, Costa Rica, Perú, Paraguay, México y Uruguay.
En Argentina, el IICA ha trabajado estrechamente con el Gobierno Nacional en la creación de estrategias de bioeconomía y desarrollo territorial, promoviendo la inclusión, sostenibilidad y agregado de valor en origen.
Entre las acciones recientes, Anastasio destacó la creación del Centro de Agroemprendimientos y Financiamiento de Impacto (2024), orientado a incubar, acelerar y escalar emprendimientos basados en la bioeconomía. Este espacio busca generar un entorno favorable para la innovación, apoyando proyectos que combinen sostenibilidad, eficiencia y desarrollo económico territorial.
Mario Anastasio cerró su intervención reiterando que existen futuros posibles y futuros deseables para la agricultura en las Américas, y que el ICA invita a todos los actores a participar activamente para convertir esos futuros en realidad. Subrayó que la bioeconomía y el agregado de valor en origen son herramientas esenciales para impulsar la competitividad, la equidad y la sostenibilidad del sector agrícola.
“Los invitamos a acercarse al IICA, conocer nuestras iniciativas y contribuir a hacer realidad ese sueño de transformar la agricultura en un motor de desarrollo económico y ambientalmente responsable”, concluyó Anastasio.