El vicepresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Vladimir Werning, afirmó ante inversores en Washington, entre el 15 y 16 de octubre, que el Gobierno prepara una reforma tributaria que buscará corregir distorsiones generadas por el impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB), particularmente en el sector bancario. La presentación se produjo en el marco de la gira económica del ministro Luis Caputo, que incluyó reuniones con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, para acordar apoyo financiero. La información fue publicada por Infobae.
Werning sostuvo que el BCRA “está reduciendo las distorsiones detrás de la desintermediación financiera”, aunque advirtió que “las distorsiones tributarias provinciales siguen siendo un problema”. Según los cálculos presentados, el sistema bancario es el rubro con mayor alícuota efectiva del impuesto, con un promedio del 7,8%, frente al 4,1% que pagan sectores como comercio, hoteles y restaurantes.
En su exposición, el funcionario también anticipó que el BCRA espera comenzar a comprar reservas a partir de 2026, al considerar que, tras las elecciones legislativas, se reactivará la demanda de dinero. La expectativa oficial es que, con la nueva composición del Congreso —tras la victoria de La Libertad Avanza en ambas cámaras—, el Gobierno contará con mayor margen para avanzar con los cambios impositivos.
El impuesto a los Ingresos Brutos representa una fuente clave de recursos para las provincias, pero también una de las principales cargas para las empresas y el sistema financiero. El documento de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) enviado al BCRA a mediados de año detalló que las alícuotas sobre las entidades financieras alcanzan el 9% en provincias como Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe o Córdoba, mientras que el promedio general ronda el 4%.
Caputo reconoció que el impuesto es “uno de los principales obstáculos para la inversión y el crédito”. En conversaciones con gobernadores, aseguró que “todos tienen claro que el impuesto al cheque y las retenciones son malos, pero que Ingresos Brutos es el peor de todos”. No obstante, advirtió que en algunas jurisdicciones representa hasta el 80% de los ingresos fiscales, por lo que cualquier reducción requerirá una reforma integral del esquema de coparticipación y financiamiento provincial.

De acuerdo con un relevamiento de la Unión Industrial Argentina (UIA), los saldos a favor de Ingresos Brutos que las provincias adeudan a las empresas suman $54.000 millones, y más de la mitad corresponden a distritos donde las compañías ni siquiera tienen presencia física. El 77% de las firmas encuestadas aseguró haber pedido la devolución de esos fondos sin éxito, y un 40% estimó que los reintegros pueden demorar hasta un año.
Las cámaras empresarias sostienen que las alícuotas efectivas de IIBB se acercan al 4%, cuando el límite razonable debería rondar el 1,5%. Esta presión fiscal, sumada a las retenciones y a la falta de crédito, agrava los costos financieros y desalienta la inversión productiva.
El Gobierno nacional ve en la reducción progresiva del IIBB una oportunidad para incentivar la formalización y fortalecer la intermediación financiera, aliviando al mismo tiempo la carga sobre bancos y empresas. Sin embargo, la dependencia fiscal de las provincias obliga a diseñar un mecanismo de compensación que garantice la sostenibilidad de sus cuentas públicas.
El BCRA considera que atacar estas “distorsiones tributarias” es esencial para que el sistema financiero recupere dinamismo. En esa línea, Werning advirtió que las provincias deben revisar las alícuotas aplicadas al crédito y a la renta financiera, ya que “sin financiamiento no hay inversión ni crecimiento”.
Con la promesa de enviar el proyecto de reforma antes de fin de año, el equipo económico busca dar una señal clara a los mercados y a los organismos internacionales de crédito. El objetivo final es construir un esquema tributario más simple y competitivo, que favorezca la inversión y reduzca la volatilidad del sistema financiero argentino.