Por Agroempresario.com
Pablo Villano, presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (APYMEL), participó recientemente del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero. Durante su exposición, Villano resaltó la relevancia del valor agregado en la industria láctea argentina, la contribución de las pymes al desarrollo regional, la innovación tecnológica y la importancia de fortalecer la cadena productiva en el interior del país.
Su intervención subrayó cómo estas políticas impactan directamente en la economía de los pueblos, en el arraigo de los productores y en el consumo responsable de productos lácteos. Dentro del sector lácteo, Villano explicó que las pymes están representadas intensamente por APYMEL desde 1988 y que el carácter atomizado del sector es, en su opinión, una fortaleza. Actualmente, existen más de 600 pymes distribuidas en los pueblos del interior del país, que generan arraigo y actividad económica local.
Argentina produce aproximadamente 11.000 millones de litros de leche al año, con 9.700 tambos y 656 operadores lácteos, que van desde microempresas hasta grandes compañías. La producción primaria muestra cierta concentración ya que, el 70% de los tambos genera solo el 30% de la leche, mientras que los tambos más grandes producen el 45%. Sin embargo, la dispersión geográfica de los pequeños productores fortalece la economía regional y mantiene viva la actividad en los pueblos del interior.
Villano subrayó que esta diversidad y atomización permite que la actividad láctea sea un motor para toda la economía agropecuaria local: “Dentro del sector lácteo, las pymes producen arraigo y economía regional”, afirmó. Además, destacó la importancia de mantener la presencia de pymes en todos los niveles de la cadena, desde la producción primaria hasta la industria y la comercialización.
En términos de consumo interno, Villano mencionó que tras la devaluación inicial del gobierno, el consumo cayó a 154 litros por habitante al año, pero actualmente se recuperó a 194 litros por habitante, aunque con importantes diferencias regionales. En el norte del país, por ejemplo, el consumo no supera los 50 litros por persona al año, mientras que en ciudades grandes o estratos más altos puede duplicarse o triplicarse. El referente enfatizó la importancia de incidir en la nutrición de niños y adultos mayores, y fomentar el consumo de leche, yogur y quesos.
Villano destacó que el sector lácteo ha experimentado un proceso de tecnificación creciente, con la incorporación de robots de ordeñe voluntario. Actualmente existen 400 robots instalados en el país, con proyección de duplicar la cantidad en el próximo año. Esta innovación responde a la dificultad creciente de encontrar mano de obra para los tambos, que requieren trabajo diario y constante, similar al de las fábricas.
En el ámbito industrial, el 94% de los operadores lácteos son pymes, representadas por APYMEL, que procesan aproximadamente el 50% de la leche nacional, y generan 5.000 empleos directos de los 30.000 que emplea la industria láctea en total. Villano destacó la importancia del asociativismo entre pymes, para fomentar negocios en común y defender sus intereses frente a organismos nacionales e internacionales.
La asociación ha desarrollado una plataforma de exportación que permite a las pymes acceder al mercado externo, con un promedio del 25% de la producción nacional exportada, donde las pymes representan cerca del 20% del volumen total exportado. Además, desde 2013 impulsaron la venta directa al público, con más de 150 negocios y franquicias, que incluye el caso emblemático de Luz Azul, con 62 franquicias distribuidas en todo el país.
Villano también destacó programas de capacitaciones en energía alternativa, como fotovoltaica y biomasa térmica, para lograr que muchas fábricas reduzcan costos y generen excedentes de energía para la red. Paralelamente, se implementan mejoras logísticas por provincia, con el fin de optimizar la distribución y reducir costos.
El valor agregado, según Villano, no se limita a procesos industriales o tecnológicos, sino que involucra personas, productores y trabajadores, para conectar toda la cadena productiva con la comunidad: “El valor agregado son personas, productores y trabajadores”, afirmó.
La asociación participa activamente en concursos nacionales e internacionales de quesos, y destaca la calidad de las pymes argentinas. En los últimos años, empresas locales ganaron medallas de oro en concursos internacionales, incluida Noruega e Italia, y demostraron la competitividad global de los productos lácteos argentinos.
Villano mencionó la vinculación con otros sectores, como los pizzeros, con el fin de dar a conocer la producción de muzzarella y organizar rondas de negocios que fortalezcan el vínculo entre productores, industriales y consumidores. Estos eventos no solo permiten comercializar productos, sino también fomentar la educación y el conocimiento sobre la industria láctea en la comunidad.
En definitiva, Villano destacó que el valor agregado generado por las pymes lácteas impacta de manera directa en la economía regional, la innovación tecnológica, la generación de empleo y la competitividad internacional del sector. Esto promueve un modelo sostenible, inclusivo y orientado al desarrollo local.