La industria alimentaria atraviesa una etapa de profunda transformación, impulsada por consumidores que demandan productos más saludables, procesos sustentables y mayor transparencia sobre lo que consumen. En este contexto, José Zavalía Lagos, gerente general de Grupo Bimbo Argentina, analizó las tendencias que están redefiniendo el mercado local y global. La entrevista se dio en el marco del segundo capítulo del ciclo “El Poder de la Innovación Humana”, según informó Infobae.
De acuerdo con el ejecutivo, el bienestar y la sustentabilidad dejaron de ser valores complementarios para convertirse en pilares centrales en la formulación de productos, en la gestión de los procesos y en la relación de las empresas con las comunidades. La industria, que históricamente se movió bajo esquemas de producción estandarizada y consumo masivo, enfrenta ahora consumidores informados, atentos a las etiquetas y cada vez más involucrados en el impacto ambiental.
La modificación de los hábitos alimentarios es uno de los factores más determinantes en la evolución del sector. El consumo de pan es una referencia clave para entender la magnitud del desafío. Según datos compartidos por Zavalía Lagos, en Argentina una persona consume en promedio 70 kilos de pan al año, y el pan sigue siendo protagonista indiscutido en los desayunos y meriendas del país. En ese sentido, el 91% de la población incorpora algún alimento en el desayuno, y dentro de ese porcentaje, el 76% elige algún tipo de panificado.
Esta preferencia sostenida obliga a las empresas a revisar la calidad nutricional de los productos. “Hoy tenemos un consumidor mucho más consciente, mucho más responsable, que mira las etiquetas que compra”, señaló el ejecutivo durante la entrevista, citada por Infobae. Esa evolución, afirmó, motivó a la compañía a reformular recetas, reducir azúcares y grasas, incorporar ingredientes de origen vegetal y ofrecer alternativas con granos enteros.
Uno de los hitos más significativos en esa dirección fue la eliminación total de sellos de advertencia en la categoría pan de molde de la marca en Argentina. Se trata de un proceso que, según el gerente general, demandó años de investigación y reformulación para alcanzar listas de ingredientes más limpias y equilibradas. “Nuestra misión es brindar alimentos deliciosos y nutritivos en las manos de todos”, enfatizó.
La transición hacia un modelo de producción responsable no solo responde a las exigencias de los consumidores, sino también a una revisión interna del rol de las compañías en el ecosistema productivo. Zavalía Lagos explicó que la sustentabilidad pasó de ser un atributo añadido a convertirse en una condición para operar. La compañía afirma trabajar en la reducción de desperdicios, el uso responsable de ingredientes y la implementación de iniciativas sociales que tengan impacto en las comunidades donde está presente.
Entre las iniciativas destacadas se encuentra el programa de Buen Vecino, que impulsa donaciones a organizaciones sociales y promueve acciones de acompañamiento comunitario. Además, la empresa organiza la Bimbo Global Race, una carrera solidaria que, en su última edición, permitió donar más de 213.000 rebanadas de pan a bancos de alimentos en Buenos Aires y Córdoba.
La sustentabilidad también se refleja en la cadena de valor. La compañía trabaja con proveedores bajo estándares específicos de producción responsable y promueve el desarrollo de envases menos contaminantes. “Nosotros construimos una empresa sustentable, altamente productiva y plenamente humana”, sostuvo el ejecutivo, de acuerdo con la entrevista publicada por Infobae.
Si bien el pan es uno de los alimentos más antiguos de la humanidad, el proceso industrial que lo hace llegar diariamente a millones de hogares se encuentra atravesado por una renovación tecnológica constante. La automatización, la digitalización y el análisis de datos se integran cada vez más a la producción, logística y distribución.
La trazabilidad en tiempo real permite monitorear cada etapa del proceso: desde el mezclado de los ingredientes hasta el horneado, enfriado, envasado y distribución. Este seguimiento detallado reduce fallas, garantiza estándares constantes de calidad y permite responder rápidamente ante eventuales inconvenientes.

La incorporación de tecnología también se extiende a la capacitación del personal y a la gestión de la información interna. Según Zavalía Lagos, la innovación debe ser entendida como un proceso transversal que abarca tanto los productos como la forma en que se trabaja dentro de la organización.
Grupo Bimbo opera en 39 países y cuenta con un entramado de más de 245.000 puntos de distribución alrededor del mundo. Sin embargo, el desafío, explicó el ejecutivo, es lograr que esa escala global conviva con un enfoque local, adaptado a los hábitos, tradiciones y demandas de cada mercado.
“Para nosotros, la persona está en el centro y la innovación tiene un rol fundamental en el crecimiento hacia adelante. Impacta en productos, en la forma de hacer las cosas, en la capacitación y en la formación de toda la familia que trabaja en Grupo Bimbo”, resaltó durante su diálogo con Infobae.
La transformación de la industria alimentaria no es un proceso inmediato. Es un camino que requiere investigación, inversión, cambios culturales y una comprensión profunda de las necesidades de los consumidores. La clave, para la compañía, está en combinar sabor, nutrición, accesibilidad y responsabilidad ambiental.
En una época en la que la alimentación se vincula directamente con la salud, la sustentabilidad y el bienestar, la industria se mueve hacia modelos que buscan ser integrales y sostenibles. Y en ese recorrido, las decisiones empresariales ya no solo responden al mercado, sino también a una visión de futuro.