Luca Ferrari, cofundador y CEO de Bending Spoons, adquirió esta semana la histórica AOL y confirmó que la compañía tecnológica con sede en Milán ya alcanza una valuación superior a US$ 11.000 millones, tras una nueva ronda de financiamiento. El avance, revelado por Forbes, posiciona a la firma italiana entre las empresas privadas más valiosas del país y convierte a Ferrari en uno de los nuevos multimillonarios del ecosistema digital europeo. Según las proyecciones, la empresa espera cerrar el año con ingresos cercanos a US$ 1.200 millones, impulsada por una agresiva estrategia de adquisición y relanzamiento de aplicaciones con potencial subutilizado.
La historia de Bending Spoons comenzó en 2014, cuando Ferrari y sus socios Matteo Danieli, Luca Querella y Francesco Patarnello compraron por US$ 10.000 una pequeña aplicación de personalización de teclados. El objetivo era simple: mejorarla, relanzarla y descubrir si podían generar un negocio sostenible a partir de activos digitales subestimados. Diez años después, aquella primera apuesta desapareció de las tiendas móviles, pero el método evolucionó hasta convertirse en un mecanismo sofisticado y replicado a escala global.
La reciente ronda de US$ 270 millones, acompañada por una operación secundaria de acciones por US$ 440 millones, elevó la participación personal de Ferrari a alrededor de US$ 1.400 millones, según las estimaciones citadas por Forbes. Sus tres socios también ingresaron al club de los multimillonarios, con participaciones valuadas en US$ 1.300 millones cada una, de acuerdo con los datos del Registro Mercantil de Italia.
El salto en la valuación estuvo impulsado por una serie de acuerdos concretados durante los últimos años. La startup italiana sumó como accionistas a firmas de peso como T. Rowe Price, Baillie Gifford, Cox Enterprises, Durable Capital Partners y Fidelity, que renovaron su confianza en la empresa durante la ronda anunciada esta semana.
Además del capital propio, la compañía recurre activamente al financiamiento por deuda. Según informó Forbes, Bending Spoons obtuvo US$ 2.800 millones para financiar la compra de AOL y otras adquisiciones planificadas, un movimiento que reafirma su estrategia: adquirir apps, productos digitales y sitios web con ingresos constantes pero con un desarrollo limitado, y transformarlos en unidades rentables mediante mejoras técnicas y comerciales.
Antes de la operación con AOL, Bending Spoons ya había sumado una serie de activos emblemáticos del mundo digital. Compró Brightcove, una plataforma especializada en alojamiento de videos; Komoot, una app de entrenamiento y actividad física; y concretó su mayor adquisición hasta 2024: Vimeo, la plataforma de videos que cotiza en el Nasdaq, por US$ 1.380 millones.

La compañía ganó notoriedad por su compra de Evernote, una de las aplicaciones de productividad más populares del mundo. En ese caso, aplicó medidas típicas de los fondos de capital riesgo, como recortes de personal y ajustes de precios. Pero en otros proyectos optó por una estrategia opuesta, apostando a la inversión en infraestructura, experiencia de usuario y expansión internacional. Uno de los casos emblemáticos mencionados por Forbes es Meetup, cuya funcionalidad fue reforzada para recuperar usuarios y dinamizar su crecimiento.
Desde 2021, el crecimiento acelerado llevó a que algunos compararan a Bending Spoons con un fondo de capital riesgo, o incluso con el gigante canadiense Constellation Software, cuya capitalización bursátil supera los US$ 50.000 millones. Sin embargo, varios de sus inversores rechazan esas categorías.
Peter Singlehurst, uno de los primeros inversores desde la gestora británica Baillie Gifford, explicó a Forbes que la empresa “posee y opera aplicaciones digitales y es excelente para hacerlas crecer de forma muy rentable gracias al gran talento de su organización”. Su planteo busca despejar la idea de que Bending Spoons funciona como un fondo: para sus defensores, el eje está en la operación directa, no en la mera compra y venta de activos.
Que una empresa italiana alcance una valuación de US$ 11.000 millones representa un hecho inusual para el ecosistema tecnológico del país, donde apenas un puñado de startups logró convertirse en unicornio. Entre ellas están Satispay (pagos digitales), Scalapay (crédito al consumo, similar al modelo de Klarna) y Prima, una aseguradora adquirida recientemente por el gigante europeo Axa por US$ 1.000 millones.
El ascenso de Bending Spoons supera esas marcas y plantea un escenario disruptivo: si la compañía decidiera cotizar en la Bolsa de Milán, su valuación actual le permitiría ingresar directamente al FTSE MIB, el principal índice bursátil del país, que agrupa a las 40 empresas de mayor tamaño y liquidez.
El modelo de Ferrari se apoya en un proceso que combina auditoría técnica, análisis de ingresos y una evaluación del potencial de crecimiento. La compañía compra aplicaciones que ya cuentan con una base de usuarios rentable, aunque con un desarrollo desacelerado. Luego aplica mejoras de diseño, marketing y operación, alineadas con una estructura centralizada de ingeniería y datos.
La clave, según el CEO, radica en escalar el know-how interno y repetir el proceso con cada nueva adquisición. En una entrevista con Forbes, Ferrari afirmó: “Simplemente lo hacemos de una manera más sofisticada y a una escala mucho mayor hoy en día”. Ese enfoque de eficiencia permitió que el equipo no dependiera de grandes estructuras corporativas, sino de procesos automatizados y equipos especializados.
La compra de AOL, un ícono de los primeros años de internet, marca un punto de inflexión simbólico para la empresa. El acuerdo firmado con Apollo, el fondo que controlaba la histórica marca estadounidense, no publicó detalles financieros, aunque Bending Spoons reconoció haber tomado deuda para financiar la operación.
Aunque AOL ya no ocupa el lugar protagónico que tuvo en los años 90, su adquisición representa una oportunidad estratégica: el control de un nombre con fuerte reconocimiento global, una base de usuarios todavía significativa y activos tecnológicos con potencial de reconversión.
La trayectoria de Bending Spoons desafía la narrativa tradicional del crecimiento tecnológico europeo. Mientras la mayoría de las startups locales apuntan a innovaciones propias, la firma italiana construyó un gigante a partir de adquisiciones selectivas y una operación eficiente. Ese enfoque le permitió capitalizar activos que otras empresas daban por terminados.
A medida que la compañía amplía su portafolio, su impacto en el ecosistema europeo se vuelve más evidente: se consolidó como un actor que combina financiamiento sofisticado, talento técnico y una capacidad excepcional para actualizar productos digitales que parecían destinados al estancamiento.
Con deuda disponible para nuevas operaciones, una ronda millonaria recién cerrada y un modelo replicable, Bending Spoons prevé nuevas adquisiciones en el corto plazo. Ferrari proyecta que la firma mantendrá su ritmo de expansión y continuará integrando productos y plataformas de distintos mercados.
Mientras tanto, Milán, tradicionalmente asociada al diseño, la moda y las finanzas, suma un nuevo rol: el de centro de operaciones de una de las compañías tecnológicas privadas más valiosas de Europa.