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Por Denise Sol Mazzitello | Agroempresario.com
En el marco del Ciclo de Seminarios In-House “Argentina Agrega Valor en Origen”, Agroempresario.com organizó su Primera Edición sobre “Proteínas Animales: ¿Puede haber un boom de producción y exportación?”, realizada el pasado 18 de noviembre y coordinada por Fernando Vilella, Director de Desarrollo de Agroempresario.com. En el panel de Víctor Tonelli, especialista en ganadería y miembro de la Comisión de Carnes de la Sociedad Rural Argentina (SRA), y Matías Martiarena, director de Federación Agraria Argentina (FAA), analizaron los desafíos estructurales de la cadena cárnica, el rol del Estado, la inclusión de pequeños productores y las herramientas para financiar el crecimiento.
Ambos referentes coincidieron en que la previsibilidad será central para consolidar una nueva etapa en la producción de proteínas animales, con oportunidades económicas, sociales y ambientales para el país.
La exposición comenzó con un diagnóstico compartido, en el cual expusieron que sin previsibilidad no hay posibilidad de decisiones productivas sostenidas. Matías Martiarena, desde su experiencia como productor entrerriano, planteó: “No saber qué va a pasar paraliza”. Recordó que tomó decisiones claves sin un horizonte claro y aseguró que la única razón por la que muchos productores lograron sostenerse fue “la pasión”, que definió como el motor histórico del sector.
Para Martiarena, la previsibilidad no implica ausencia de regulación, sino un marco estable que permita proyectar. “En la ganadería, vos te hacés un planteo en el cual vas a reservar, y eso te va a dar un fruto dentro de dos años o más. Si en ese marco no tenés previsibilidad, la única forma de llevar adelante el negocio es con pasión”, explicó.
Desde su mirada, la cadena necesita bases sólidas y un Estado que impulse desarrollo, infraestructura y conectividad: “No quiero el Estado que me atosigue, sino el Estado que esté presente en lo que va a hacer productivo”. El director de FAA, señaló que todavía existen regiones donde los caminos se mantienen “como si siguiera pasando la carreta”, algo incompatible con una actividad que requiere logística fluida, energía estable y acceso a puertos.
Víctor Tonelli coincidió en que la palabra clave es “previsibilidad” y conectó ese concepto con la necesidad de eliminar medidas disruptivas que históricamente golpearon a la ganadería como: “prohibido prohibir".
Tonelli destacó que la ganadería argentina se desarrolló gracias a la pasión y la visión de miles de productores, aun en condiciones adversas. Y remarcó que, para que el sector aproveche la oportunidad histórica que se abre, debe existir “integración” entre todos los eslabones y políticas que no excluyan a nadie por su escala productiva.
Ambos especialistas coincidieron en que las señales actuales, tanto nacionales como internacionales, muestran un escenario favorable si se trabaja en un marco estable y de acompañamiento institucional.
Un tema central fue la integración de pequeños y medianos productores, que conforman la mayoría del entramado ganadero del país. Martiarena recordó que sólo en Entre Ríos existen 17.000 campos con menos de 100 cabezas, muchos de ellos altamente eficientes, y destacó que la tecnología ya está disponible para potenciar su productividad, con el uso de drones, muestreos de suelo y sistemas de manejo que permiten transformar suelos duros en ambientes más productivos.
Narró un caso emblemático en la zona norte de su provincia: “Un campo de monte pasó de 0,5 equivalente vaca a 1,3 gracias a la tecnología. Y tuvieron que frenar porque debían reservar animales ante la posible sequía del verano”. Para él, estos ejemplos demuestran que el crecimiento es posible y que la tecnología no es patrimonio exclusivo de grandes escalas.
Tonelli expresó su preocupación por las exigencias internacionales, especialmente la Resolución 1115 de la Unión Europea sobre carne y cuero libre de deforestación, que podría dejar afuera a pequeños productores si no se diseñan sistemas inclusivos: “Me preocupa seriamente que las plataformas aparezcan pensadas desde los frigoríficos y no desde los productores chicos. Si no pueden demostrar que su campo está libre de deforestación, sus animales valdrán menos”.
Ambos coincidieron en que el desafío no es sólo del Estado, sino también del sector privado. Tonelli fue claro: “Ayúdame significa no me dejes solo. Si se asocia con el vecino, ese productor puede ingresar al mercado formal”.
Martiarena acompañó la idea con un ejemplo concreto: la experiencia de Colonia Guarda Monte, en Tala, Entre Ríos. Allí, 14 productores se organizaron en una cooperativa que hoy está a punto de cargar 200 terneros: “Son cuestiones que se pueden generar sin delimitar escalas. No tengo problema con el que tiene más que yo. Para todos sale el sol”.
Ambos remarcaron que muchas soluciones ya existen, pero no se comunican. Martiarena destacó el rol del INTA y criticó la falta de difusión: “Hay mucho hecho en parasitología, manejo, infraestructura, pero somos pocos los que lo sabemos. Debería haber comunicado más”.
Tonelli reforzó esa idea al afirmar que muchos productores no avanzan por falta de información: “No es que el productor sea tosco; puede ser que carezca de información. Vencer el temor se hace con más resultados y con acompañamiento”, y agregó que ahora hay un escenario favorable para visibilizar estos avances y que las organizaciones del sector deben “salir un poco más a la cancha”.
El último eje del diálogo giró en torno al financiamiento, la trazabilidad individual y los instrumentos crediticios que podrían acelerar el crecimiento de la ganadería.
Martiarena planteó una limitación estructural. La falta de acceso a créditos para pequeños y medianos productores es un problema. “Si queremos hacer una recría un poco más larga, eso se hace con plata, y la plata es crédito”, explicó. Sin embargo, señaló que muchos productores quedan excluidos por no llegar a las exigencias de facturación o no estar inscriptos como pymes: “El 60% de los productores de cría tiene menos de 200 cabezas y no llegan a esas alturas”.
Tonelli coincidió, pero sumó una mirada más optimista respecto al futuro inmediato. Recordó que la decisión de avanzar en trazabilidad individual no sólo responde a estándares internacionales, sino también a la posibilidad de implementar nuevas herramientas financieras como el warrant ganadero y la prenda ganadera. Estas permitirían que los animales funcionen como garantía efectiva, agilizando el acceso al crédito: “Nos quedamos discutiendo la caravana electrónica y no percibimos que detrás aparece un sistema de garantías”.
Aseguró que es moderadamente optimista respecto al próximo año y subrayó que la clave será avanzar en formalización, digitalización y transparencia de procesos para que estos instrumentos se vuelvan operativos.
Martiarena expresó su expectativa de que esas herramientas se concreten y, sobre todo, que se comuniquen: “Es una necesidad para comprender mejor las cosas. Podría venir a sortear muchas limitaciones”.
Tonelli, por su parte, insistió en que el sector debe comunicar más lo que hace: “El gobierno comunica mucho menos de lo que hace y menos aún de lo que piensa hacer. Este sector estuvo subsumido y necesita saber hacia dónde vamos”.
Al cierre del encuentro, Fernando Vilella, Director de Desarrollo de Agroempresario.com, sintetizó las conclusiones generales: “La pregunta sobre si podía haber un boom en producción y exportación de proteínas animales tiene una respuesta clara: Sí”.
Destacó que la oportunidad es concreta, siempre que exista previsibilidad, acuerdos internacionales, inteligencia de mercado y articulación entre actores públicos y privados. Retomó la idea de que Argentina ya sufrió en carne propia el costo de no aprovechar sus oportunidades: “Cuando yo estaba en la universidad, había 5% de pobreza, un millón de pobres. Hoy tenemos más de 20 millone. Ese es el fracaso de habernos encerrado”.
Vilella llamó a construir un desarrollo federal sostenible basado en la bioeconomía, para articular esfuerzos y generar vínculos que permitan capturar esta nueva oportunidad: “Depende de nosotros. Depende de la capacidad que tengamos de aprovechar estas oportunidades”.
