El enólogo Claudio Maza asumió la conducción técnica de Bodega El Esteco, una de las casas vitivinícolas más influyentes de los Valles Calchaquíes, consolidando un liderazgo que llega tras casi dos décadas de trabajo en la región. El nombramiento, confirmado esta semana y difundido por iProfesional, marca un cambio relevante en la enología de altura, un segmento que hoy se ubica entre los más destacados del vino argentino.
Maza, de 51 años, es una figura estrechamente asociada al desarrollo del vino calchaquí y al crecimiento de los proyectos elaborados a más de 1.700 metros sobre el nivel del mar, una condición que define buena parte del estilo regional. Con esta designación, El Esteco apuesta a reforzar una identidad basada en el terroir extremo y en la consolidación de un equipo técnico con fuerte arraigo en el Valle.
Un paso decisivo en una trayectoria ligada a los Valles Calchaquíes
En diálogo con iProfesional, Maza calificó el nuevo rol como un momento clave en su recorrido profesional. "Es un desafío muy lindo que llega en una buena etapa personal, sostenida en estos 20 años que estoy elaborando en el Valle", explicó al medio. El enólogo destacó que su motivación esencial se mantiene intacta desde su llegada a la región. "Me considero un enólogo desafiante… era el objetivo cuando llegué al Valle Calchaquí y sigue estando como motor de crecimiento", expresó según iProfesional.
Su enfoque en la calidad, que considera un pilar conceptual, también se refleja en su visión sobre los vinos que produce la bodega. "Un buen vino es aquel que cumple con la función para lo que fue diseñado, cumpliendo los estándares de calidad necesarios… Igual de importante es el consumidor que elige vinos de El Esteco en todas sus gamas", sostuvo en la entrevista.
La historia del Valle Calchaquí en las últimas dos décadas es, en gran parte, también su historia. El proceso de transformación de la vitivinicultura salteña —marcado por la búsqueda de frescura, la definición de microzonas y un salto de calidad en tintos y blancos— se desarrolló al mismo tiempo que su labor en la bodega.
La evolución del estilo calchaquí y la identidad de altura
Para Maza, la consolidación del vino de altura en la Argentina fue el resultado de una visión estratégica que comenzó a delinearse hace más de 15 años. Según citó iProfesional, el enólogo reflexionó: "La evolución que observo dentro del Valle Calchaquí es muy significativa… lo que pensábamos sobre dónde debían estar los vinos del Valle en los próximos 10 o 15 años… nos confirmó que la visión estratégica era la correcta".
El terroir calchaquí, definido por su geografía extrema, sigue siendo el eje de su mirada técnica. "La condición de valle y la gran altitud son esenciales para el desarrollo de una viticultura de alto poder enológico, eso es nuestro y casi ninguna región las tiene", afirmó. Y añadió: "Producir desde 1.700 hasta los 3.000 metros sobre el nivel del mar es un privilegio… esto nos da una diversidad de micro regiones únicas".
El crecimiento del vino salteño durante la última década fue respaldado por datos productivos y comerciales. Salta, pese a concentrar alrededor del 1,5% de la superficie vitivinícola del país, logró posicionar vinos de alto valor agregado con precios de exportación que superan —según la información citada por iProfesional— hasta tres veces el promedio nacional. Para Maza, ese diferencial no implica un techo, sino una oportunidad. "El vino de gran altura tiene mucho para crecer… el calentamiento nos hace empujar más aún en este concepto", aseguró.
Colaboración entre enólogos: una marca del Valle
Uno de los factores que, según Maza, explica el salto cualitativo de la región es la cooperación técnica entre enólogos. En sus palabras, "Unirnos como grupo… opinar sobre los estilos de vinos de otras empresas y hacerlo de manera desinteresada y abierta… fue determinante", expresó a iProfesional. Ese intercambio constante permitió construir una identidad compartida, sin renunciar al estilo propio de cada bodega.
La interacción, afirmó, seguirá siendo fundamental para la próxima etapa, especialmente en un contexto donde la calidad, la precisión en la cosecha y el conocimiento del viñedo se vuelven centrales.
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Una visión integral de la enología
Maza concibe su tarea como un proceso de largo alcance que va desde el viñedo hasta la experiencia final del consumidor. "Observo la enología como un proceso continuo que se inicia en el viñedo y termina en el consumidor", explicó en declaraciones al medio. Y agregó que su rol se inscribe en un marco empresarial alineado con los desafíos actuales: equipos de trabajo con responsabilidades nítidas, planificación conjunta y una dirección enológica que integra experiencia y estrategia.
Sobre ese punto, remarcó: "El nuevo rol me encuentra en la formación de equipos… dejando el ego para el bien común. La Dirección de Enología liderada por Marcelo Belmonte nos ayuda a pensar sobre los nuevos desafíos", citó iProfesional.
La innovación y el avance tecnológico aparecerán como motores para sostener el crecimiento de la bodega. Para el enólogo, "va a estar asociado a la innovación y la tecnología ayudando a hacer mejores vinos y más competitivos", siempre que exista —según afirmó— un entorno macroeconómico que acompañe.
Vendimia 2025: una cosecha desafiante con resultados promisorios
La campaña 2025, según relató el nuevo responsable enológico, obligó a ajustar estrategias frente a condiciones climáticas particulares. "La cosecha fue desafiante… ajustamos más que nunca el punto de cosecha en forma más temprana", dijo. Ese enfoque permitió obtener blancos “con buena acidez, tipicidad y frescura”, mientras que los tintos presentaron “buenos colores, buena acidez, buena concentración… y una intensidad que invita a pensar que fue una excelente cosecha”.
Mirada a futuro: nuevos vinos y continuidad de un proyecto
Consultado por iProfesional sobre posibles lanzamientos, Maza anticipó novedades para los próximos meses. "Para fines de este año o principio del 2026, tenemos algunos lanzamientos muy lindos que pronto compartiremos", adelantó.
El Esteco, una bodega histórica del norte argentino, parece así abrir una nueva etapa bajo un liderazgo que combina experiencia regional, visión técnica y una apuesta por vinos que expresen con mayor fidelidad el carácter del Valle Calchaquí. La búsqueda de frescura, el trabajo sobre microzonas, la planificación colectiva y el desafío de producir en altura continuarán moldeando la identidad calchaquí en los próximos años.
En este contexto, Maza queda al frente de un proyecto donde la calidad y el terroir —como él mismo subraya— seguirán siendo la base sobre la cual se construye el futuro del vino de altura en la Argentina.
