Regional Trade cumple 35 años y acelera su expansión en alimentos y bebidas con foco en exportaciones y marcas propias

Una empresa argentina con base en Santa Fe, Regional Trade, celebra 35 años de actividad en la industria alimenticia y de bebidas, fortaleciendo su crecimiento con una estrategia que combina producción local, exportaciones y posicionamiento de marcas de consumo masivo. El aniversario coincide con una etapa de expansión regional y diversificación comercial que, según la firma, será clave para ganar competitividad en los próximos años.

Fundada en los años ochenta bajo una estructura de capital nacional, la compañía comenzó como importadora de alimentos y bebidas, pero su mayoría de edad empresarial la encuentra consolidada en dos frentes: exportación de productos frutihortícolas, principalmente frutilla en almíbar, y desarrollo de etiquetas propias que ya ocupan presencia estable en las góndolas del mercado interno. El dato sintetiza un recorrido marcado por decisiones estratégicas, adaptación a distintos contextos económicos y una visión enfática sobre el rol de la industria nacional como motor productivo.

La empresa sostiene que su crecimiento se apoya en tres pilares: modernización industrial, diversificación de productos y ampliación de mercados. En el plano doméstico, sus marcas Bahía, Fresita y Luna Negra lograron instalarse como alternativas reconocidas por consumidores que buscan productos tradicionales y de elaboración local. En el exterior, Uruguay y Paraguay aparecen como los principales destinos comerciales, con envíos que responden a niveles de demanda crecientes dentro del Mercosur.

Un hecho determinante en la historia corporativa fue el giro estratégico posterior a la crisis económica de 2001. Tras una década enfocada en importación, la ruptura del esquema cambiario y la reconfiguración del mercado alimentario obligaron a Regional Trade a modificar su modelo de negocio. “Luego del quiebre que tuvo el país, necesariamente tuvimos que transformarnos en productores o cuasi productores, una tarea que fuimos aprendiendo al andar”, expresó Marcelo Fernández, gerente general de la compañía. La declaración refleja un punto de inflexión: la empresa dejó de depender del producto externo para consolidar un proceso productivo propio, y ese cambio sería la base del crecimiento posterior.

En 2007, la adquisición de una planta industrial destinada al procesamiento de frutillas y pulpas confirmó el rumbo. Desde entonces, la empresa amplió su catálogo, incorporó valor agregado y estableció un esquema mixto en el que conviven productos importados y producción local. Actualmente, alrededor del 60% del volumen total comercializado corresponde a importaciones, mientras que el resto surge de la oferta elaborada íntegramente en el país. Las frutillas en almíbar lideran la categoría exportable, a la vez que el atún en conserva, bajo la marca Bahía, domina las ventas internas.

El fortalecimiento comercial fue otro eje en el proceso de expansión. Guillermo Botteri, gerente comercial, remarcó la importancia del vínculo con la cadena de distribución y el reconocimiento del consumidor como sustento del crecimiento: “La visibilidad de la compañía se sostiene en la solidez de nuestro vínculo con clientes y proveedores, así como en el reconocimiento que tienen nuestras marcas por parte del público final”. Esa afirmación resume el lugar que las etiquetas construidas bajo la misma identidad corporativa alcanzaron dentro del mercado argentino.

Bahía, especializada en conservas de pescado, vegetales, legumbres, frutas y pulpas, mantiene una presencia sostenida en supermercados y autoservicios, con el atún como producto insignia. Fresita, orientada al segmento de bebidas, conserva participación estable pese a la contracción del consumo de alcohol registrada en el último año. Luna Negra, por su parte, se posiciona en el rubro de sidras premium, un segmento que atravesó un proceso de reconversión sostenido en nuevas preferencias de consumo y estacionalidades más amplias.

El perfil exportador de la compañía se afianza en un escenario regional con demanda creciente de alimentos industrializados. Uruguay y Paraguay se ubican como principales plazas comerciales, aunque Regional Trade no descarta explorar nuevos destinos dentro y fuera del Mercosur. La empresa sostiene que la calidad del producto final y la eficiencia logística son determinantes en la expansión internacional, junto con la consolidación de proveedores y la estabilidad financiera para sostener operaciones de comercio exterior.

La solidez institucional aparece como otro activo relevante. Según Matías Illescas, gerente de administración y finanzas, la estructura interna permite proyectar una nueva etapa de expansión aun en contextos económicos desafiantes. “La empresa está sumamente sólida y con un gran potencial para ingresar en una nueva etapa”, señaló. Illescas agregó que la estabilidad del equipo de trabajo y el bajo nivel de rotación son factores que favorecen la continuidad operativa y la planificación a largo plazo.

La firma destaca además el rol del capital humano, integrado por técnicos y operarios con experiencia industrial. Según Fernández, la continuidad de esos equipos garantiza procesos de calidad y adaptación tecnológica permanente. Desde su perspectiva, los 35 años de actividad constituyen la base de un nuevo periodo de crecimiento regional, con metas centradas en fortalecer la capacidad productiva y ampliar mercados para marcas ya posicionadas.

El desafío hacia adelante consiste en sostener volumen sin perder competitividad, diversificar destinos comerciales, mantener abastecimiento constante y responder a variaciones del mercado interno. La empresa reconoce que la coyuntura argentina exige planificación y flexibilidad, pero valora el aprendizaje acumulado en tres décadas y media de operaciones. Fernández sintetizó la mirada institucional: “Estos 35 años nos encuentran con una base productiva fuerte, marcas consolidadas y listos para seguir creciendo en la región”.

Regional Trade continúa así un camino que nació distribuido entre importaciones y hoy se afirma en producción local con proyección internacional. Con marcas reconocidas en el país y un esquema exportador que promete escalar, la empresa apuesta por consolidar su presencia en América del Sur sin perder identidad industrial ni arraigo territorial, tal como destacó recientemente Infobae al analizar el avance de compañías nacionales con foco en expansión regional.