La industria de la moda suma un nuevo capítulo en su transformación hacia la sustentabilidad con el avance de un biomaterial argentino elaborado a base de cactus, que comenzó a ser adoptado por marcas de indumentaria y accesorios. El desarrollo, impulsado por equipos de emprendedores y científicos del país, fue dado a conocer el 1 de diciembre por Economía Sustentable, que destacó su bajo impacto ambiental y su creciente presencia en proyectos de diseño.
El nuevo material, conocido como “cuero vegetal de cactus”, utiliza variedades de nopal y otros cactus ampliamente presentes en distintas regiones de Argentina. Su producción requiere cantidades mínimas de agua, prescinde de riego artificial y aprovecha plantas capaces de capturar dióxido de carbono, lo que lo posiciona como una alternativa sostenible frente al cuero animal y a los materiales sintéticos derivados del petróleo.
A diferencia de la cadena tradicional del cuero, que demanda grandes volúmenes de agua, energía y agentes químicos, este biomaterial se produce mediante un proceso más austero y regenerativo. Las hojas del cactus se cosechan sin dañar a la planta, que sigue creciendo y puede volver a producir materia prima. Luego, se secan al sol para reducir el uso de energía y se transforman en una base flexible que posteriormente se combina con componentes naturales para reforzarla y mejorar su durabilidad.

Según informó Economía Sustentable, este procedimiento permite obtener un material suave, resistente y visualmente similar al cuero, pero con una huella ambiental notablemente menor. El biomaterial es además parcialmente biodegradable y evita los químicos tóxicos habituales del curtido industrial.
Lo que comenzó como un trabajo experimental en laboratorios y talleres de innovación en Argentina está avanzando hacia la escala comercial. Diseñadores independientes, marcas emergentes y emprendimientos enfocados en moda ética empezaron a incorporar este biomaterial en carteras, billeteras, camperas, mochilas y calzado. Incluso algunos proyectos de zapatillas y accesorios deportivos ya exploran variantes adaptadas a la resistencia requerida para esos productos.
Este crecimiento responde a un cambio estructural dentro del mercado: consumidores mejor informados buscan productos libres de crueldad, con menos impacto ambiental y con trazabilidad transparente sobre su origen y proceso productivo. En ese escenario, el cactus se consolida como un símbolo de una moda más responsable y alineada con los principios de la economía circular.
Los avances del biomaterial despertaron interés fuera del país. El producto comienza a aparecer en ferias de diseño sostenible, catálogos de marcas conscientes y eventos internacionales que reúnen a proveedores de materiales alternativos. La combinación entre estética, funcionalidad y sustentabilidad habilita su potencial para competir con materiales tradicionales y, a la vez, abrir nuevos nichos dentro de la moda global.
Además de su impacto positivo en términos ecológicos, el desarrollo de biomateriales a partir de cactus ofrece oportunidades productivas para zonas semiáridas del país, donde estas plantas pueden cultivarse sin infraestructura de riego y mediante prácticas de manejo local. Esto podría fortalecer economías regionales al generar empleo en comunidades con limitaciones para otras actividades agrícolas.
Los equipos de investigación detrás de este desarrollo destacan que el cactus no solo es una materia prima eficiente, sino también un recurso con alto potencial de regeneración del suelo. Al requerir pocos insumos y adaptarse a condiciones adversas, su cultivo favorece la recuperación de áreas degradadas y promueve modelos de producción de bajo impacto.
Los investigadores y emprendedores trabajan actualmente en optimizar la resistencia del biomaterial, extender su paleta de texturas y colores y mejorar los métodos de fabricación para permitir una escalabilidad acorde con las necesidades de marcas de mayor tamaño. La consolidación de procesos estandarizados será clave para garantizar calidad, volumen y continuidad de abastecimiento, condiciones esenciales para ingresar a cadenas globales de suministro.

El surgimiento de este biomaterial se inscribe en una tendencia internacional que busca reemplazar insumos de origen animal o derivados del petróleo por alternativas vegetales y biotecnológicas. En los últimos años, el mercado global vio aparecer propuestas elaboradas a partir de hongos, piña, uvas o residuos agrícolas. El cactus se suma a esa lista con una ventaja competitiva: su capacidad para crecer sin requerimientos intensivos.
Argentina, con amplias regiones donde el cactus abunda de forma natural o puede cultivarse con bajo costo, posee condiciones favorables para convertirse en un polo productor de este tipo de biomateriales. Su desarrollo también dinamiza el vínculo entre ciencia, diseño y sustentabilidad, un eje cada vez más presente en programas públicos y privados de innovación.
Las expectativas de crecimiento son altas. Especialistas consultados por el sector coinciden en que la demanda de materiales alternativos seguirá aumentando conforme avancen las regulaciones ambientales y crezca la presión por reducir la huella de carbono en toda la cadena textil. En ese contexto, el cuero vegetal de cactus podría consolidarse como un protagonista de la industria en los próximos años.
Mientras continúan las investigaciones para mejorar su performance, la expansión del biomaterial refleja un proceso más amplio dentro de la moda: el reemplazo progresivo de materiales tradicionales por alternativas con menores impactos ecológicos y sociales. Su adopción permite a marcas pequeñas y medianas diferenciarse, ofrecer productos innovadores y alinearse con un público que demanda responsabilidad ambiental.
De acuerdo con Economía Sustentable, los emprendimientos que participan de este avance coinciden en que el mayor desafío será escalar sin perder trazabilidad ni estándares ambientales. Pero también señalan que el interés creciente del mercado abre la puerta a inversiones, alianzas internacionales y modelos de producción colaborativa con comunidades locales.
Si las próximas etapas de desarrollo logran consolidarse, el cuero vegetal de cactus podría convertirse en uno de los materiales disruptivos de la próxima década, contribuyendo a una moda más limpia, ética y tecnológicamente avanzada. Con un ecosistema de emprendedores, científicos y diseñadores en expansión, Argentina se encuentra en una posición estratégica para liderar esta transición y proyectar su innovación hacia el mundo.