En una ceremonia realizada en el recinto del Poder Legislativo de Corrientes, Juan Pablo Valdés juró este miércoles como nuevo gobernador de la provincia, sucediendo a su hermano Gustavo Valdés, quien asumió como senador provincial. La transmisión del mando se realizó ante la presencia de mandatarios provinciales, representantes nacionales y autoridades de la República del Paraguay, marcando un hecho político relevante: la continuidad de un gobierno familiar y la consolidación del dominio radical en la provincia.
En el mismo acto, Pedro Braillard Poccard, del Partido Popular (PP), prestó juramento como vicegobernador, cumpliendo así su segundo mandato en el cargo. La dupla Valdés-Braillard Poccard ejercerá funciones hasta el 10 de diciembre de 2029, tras imponerse en las elecciones provinciales del 31 de agosto por el Frente Vamos Corrientes, con un contundente 51,91% de los votos, asegurando el control oficialista en la provincia desde 2001.
Valdés, de 42 años, se convierte en el gobernador más joven en asumir la provincia desde la vuelta de la democracia en 1983. Formado como guardiamarina de reserva en el Liceo Naval Militar Almirante Storni, inició su carrera profesional en abogacía y se consolidó políticamente en la Unión Cívica Radical (UCR), siendo presidente del comité local desde 2018. Entre 2021 y 2025 se desempeñó como intendente de Ituzaingó, su ciudad natal, continuando una tradición política familiar: su padre también fue intendente por el radicalismo y su madre concejal por el Partido Justicialista.
En su discurso, Juan Pablo Valdés adelantó que su gestión buscará mantener la continuidad de los proyectos en marcha, con especial atención a la situación económica nacional. Según informó a la prensa local previo a la asunción, “es un desafío más que interesante el que asumo y vamos a trabajar día a día para sostener y superar lo hecho”.
El mandatario señaló que la administración deberá ser “cautelosa” frente a la caída de la recaudación y de los fondos transferidos por el Gobierno nacional, y anunció que los compromisos salariales y el aguinaldo serán la prioridad antes de evaluar cualquier beneficio extraordinario, como el bono de fin de año. “Primero, los sueldos, el aguinaldo y el plus que están comprometidos. Después veremos. Nuestra intención no es generar especulaciones”, afirmó.
En el ámbito institucional, Valdés garantizó la continuidad de los reclamos por los recursos que le corresponden a Corrientes y destacó la importancia de fortalecer la colaboración con otras provincias: “Estemos o no alineados, nunca vamos a dejar de reclamar lo que le corresponde a Corrientes”. Además, confirmó que la prioridad inicial dentro del bloque regional del Norte Grande será consolidar el trabajo en Provincias Unidas, una coalición que reúne a mandatarios provinciales para coordinar políticas de desarrollo y financiamiento regional.
En materia de funcionarios, Valdés anunció que Emilio Lanari asumirá como ministro de Salud, reemplazando a Ricardo Cardozo, quien estuvo diez años al frente del ministerio. Lanari debió renunciar previamente a su banca de concejal, mientras que el resto del gabinete será presentado en los próximos días. El gobernador destacó que su objetivo es mantener los proyectos en ejecución, aunque “daremos un ralentí para que no se detengan las obras, pero sí un ritmo que nos permita cumplir con las necesidades de la gente”.
Entre los gobernadores invitados se encontraban Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Hugo Passalacqua (Misiones) y Leandro Zdero (Chaco), lo que refleja la relevancia regional del acto. La presencia de autoridades de Paraguay también subrayó la proyección internacional de la provincia en la región del Mercosur y la importancia de Corrientes como corredor de desarrollo.
La asunción de Juan Pablo Valdés se enmarca en un contexto particular para Corrientes. La provincia ha vivido diferentes intervenciones nacionales entre 1992 y 2001, y el radicalismo ha mantenido un control sostenido desde entonces. La elección de agosto pasado, en la que la fórmula Valdés-Braillard Poccard triunfó en primera vuelta, ratifica el dominio oficialista en la provincia y fortalece la continuidad de la política económica y social iniciada por Gustavo Valdés.
El hecho de que la gobernación quede en manos de dos hermanos no solo genera un hito familiar sino también político, consolidando una tendencia de liderazgo intergeneracional en la provincia, que ya contaba con antecedentes en Ituzaingó. Según destacó el diario El Litoral, Valdés se inició en la política local, liderando el comité de la UCR y fortaleciendo su perfil como dirigente joven y estratégico dentro de la provincia.
La administración de Valdés enfrentará un contexto económico desafiante, con caída de recaudación y restricciones presupuestarias, lo que exigirá un equilibrio entre la continuidad de obras y la estabilidad fiscal. En lo político, deberá mantener la cohesión de su bloque dentro de Provincias Unidas y gestionar la relación con el gobierno nacional, priorizando siempre los intereses de Corrientes.
Con 42 años, Valdés no solo es el gobernador más joven de la provincia desde la recuperación democrática, sino también un símbolo del relevo generacional dentro del radicalismo y de la política local. Su gestión será observada de cerca por su familia política, por la UCR y por los sectores productivos de la región, que esperan continuidad en infraestructura, salud y desarrollo económico.
La asunción de Juan Pablo Valdés representa la consolidación de una línea de continuidad política en Corrientes, un hito histórico familiar y la reafirmación del dominio radical. Entre los desafíos inmediatos se encuentran la gestión presupuestaria prudente, la atención de los compromisos sociales y la articulación con otras provincias y con el gobierno nacional. Según informan medios como MDZ, la provincia inicia así un nuevo ciclo político que combina juventud, experiencia familiar y consolidación partidaria, con un foco claro en la continuidad de proyectos estratégicos para el desarrollo regional.