Arriazu advierte sobre riesgos de incertidumbre cambiaria tras flexibilización del BCRA

El economista señala que la nueva banda cambiaria podría generar volatilidad en el dólar y presionar la inflación, pese a un contexto macroeconómico más favorable

Arriazu advierte sobre riesgos de incertidumbre cambiaria tras flexibilización del BCRA
miércoles 17 de diciembre de 2025

El economista Ricardo Arriazu advirtió sobre los riesgos de introducir mayor flexibilidad en el esquema cambiario y llamó a evitar errores de política monetaria que puedan erosionar la confianza en la economía. Lo hizo durante un encuentro con empresarios y ejecutivos del sector financiero realizado en la ciudad de Buenos Aires, donde analizó junto a su socio Fernando Marengo el contexto macroeconómico local e internacional y evaluó las recientes decisiones del Banco Central de la República Argentina (BCRA). La advertencia cobra relevancia en un momento en que el Gobierno busca consolidar la desinflación y sostener la estabilidad cambiaria como uno de los pilares de su programa económico.

Durante un desayuno organizado por BlackTORO, firma dedicada a la administración de patrimonios de empresas y personas, Arriazu sostuvo que el escenario hacia 2026 aparece como “muy favorable” para la Argentina, siempre y cuando no se cometan errores que generen dudas en el mercado. En ese marco, utilizó una metáfora que resumió su preocupación: evitar “chocar la calesita”, en referencia a decisiones que, pese a un contexto externo y local más benigno, puedan desencadenar episodios de inestabilidad.

Arriazu advierte sobre riesgos de incertidumbre cambiaria tras flexibilización del BCRA

De acuerdo con la crónica publicada por La Nación, ambos economistas destacaron que la economía muestra señales de mejora, con una recuperación de la actividad tras la fuerte contracción inicial del actual ciclo, una cosecha de trigo histórica y perspectivas positivas para el sector agroexportador. También subrayaron factores internacionales que juegan a favor, como la suba del precio del oro, la recuperación del valor del litio —que acumula un alza cercana al 17%— y la atenuación de dos riesgos globales que habían generado preocupación: la guerra comercial y la posibilidad de una burbuja financiera.

Sin embargo, el eje central de la exposición estuvo puesto en el cambio anunciado por el BCRA respecto de la actualización de las bandas cambiarias. A partir de la nueva definición, el techo y el piso del rango dejarán de ajustarse a un ritmo fijo del 1% mensual —vigente desde abril— y pasarán a moverse en función de la inflación pasada. Para Arriazu, esta modificación introduce un elemento adicional de incertidumbre que puede tener consecuencias sobre las expectativas y, en última instancia, sobre la inflación.

Anunciaron la suba del techo de la banda, lo que genera incertidumbre”, afirmó Arriazu, aunque reconoció que el mercado reaccionó con una baja del riesgo país, que perforó los 600 puntos. Ese comportamiento, sostuvo, refleja que una parte de los inversores considera que la flotación cambiaria es el mejor sistema, una visión que él no comparte. Según explicó, su experiencia lo llevó a cuestionar ese enfoque en economías con alto grado de dolarización como la argentina.

Defensor de esquemas de tipo de cambio fijo o devaluación controlada, conocidos como crawling peg, Arriazu remarcó que en la Argentina el dólar funciona como unidad de cuenta. En ese sentido, advirtió que movimientos del tipo de cambio tienden a trasladarse rápidamente a los precios. “Cuanto más estable sea, mejor”, sintetizó.

Arriazu advierte sobre riesgos de incertidumbre cambiaria tras flexibilización del BCRA

El economista repasó los resultados del esquema aplicado desde el inicio de la gestión de Javier Milei hasta abril, período en el que, según su análisis, la inflación se desaceleró con fuerza, se acumularon cerca de US$25.000 millones en reservas —destinadas luego al pago de compromisos— y la actividad económica se recuperó tras la caída inicial, con un crecimiento que llegó a ubicarse en torno al 11%. En contraste, señaló que desde la implementación del sistema de bandas cambiarias el riesgo país aumentó, la actividad se estancó y el BCRA dejó de comprar dólares, lo que puso en duda los beneficios del nuevo esquema.

Arriazu también cuestionó la idea de que la incertidumbre pueda ser un factor positivo para la economía. “Hay gente que cree que la incertidumbre es buena. Yo no”, remarcó, y recordó su paso por el sector público como asesor del BCRA durante la gestión de Adolfo Diz. A su entender, la indexación del tipo de cambio o de sus referencias dificulta la baja sostenida de la inflación, al introducir señales ambiguas sobre la trayectoria futura del dólar.

Marengo coincidió con ese diagnóstico y puso el foco en la sensibilidad de la economía argentina ante shocks negativos en la demanda de dinero. Recordó episodios recientes en los que la incertidumbre económica y política impulsó la dolarización de carteras, y advirtió que la falta de certidumbre cambiaria tiene un impacto directo sobre las decisiones de ahorro e inversión.

Según explicó, con el nuevo esquema el techo de la banda se vuelve endógeno, ya que pasa a depender de la inflación de dos meses atrás. Esa característica, sostuvo, reduce la claridad sobre el nivel máximo del tipo de cambio y puede generar mayor volatilidad. En ese contexto, advirtió que cuando la incertidumbre no es compensada por una tasa de interés atractiva, los agentes económicos tienden a refugiarse en el dólar.

Ambos economistas coincidieron en que la monetización de la economía se encuentra en niveles históricamente bajos. Arriazu consideró que, si el proceso de remonetización avanza y aumenta la demanda de pesos, podría producirse una apreciación del tipo de cambio, dado que no hay emisión primaria del BCRA. Valoró, además, que la autoridad monetaria haya anticipado que atenderá esa mayor demanda comprando dólares y emitiendo pesos sin esterilizarlos, una estrategia que calificó como adecuada.

No obstante, volvió a señalar que el principal riesgo del esquema aparece en un escenario adverso. Si la demanda de dinero cayera, el tipo de cambio podría volver rápidamente al techo de la banda, reavivando expectativas de inflación y reforzando la incertidumbre. Para Arriazu, ese círculo puede alimentar nuevamente la desconfianza, aun cuando el punto de partida macroeconómico sea más sólido que en otros momentos.

Hacia el cierre del encuentro, los analistas se refirieron al persistente nivel del riesgo país, que sigue siendo elevado pese a la mejora de los indicadores fiscales y monetarios. Señalaron que la Argentina es una excepción en la región, con un riesgo país que triplica el promedio de América Latina y supera ampliamente al de países vecinos como Paraguay y Uruguay. Arriazu fue categórico al explicar esa desconfianza estructural del mercado, al atribuirla a los antecedentes de incumplimientos de deuda.

Según concluyó, la paradoja es que la deuda privada con el mercado representa apenas el 19% del PBI, uno de los ratios más bajos a nivel global, y aun así persisten las dudas sobre la capacidad de pago. Para el economista, la clave para revertir esa percepción pasa por sostener reglas claras y previsibles en el tiempo. En un contexto que describió como prometedor, insistió en que el mayor desafío es no cometer errores que vuelvan a poner en cuestión la estabilidad lograda.



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