Los precios internacionales del petróleo cerraron este lunes en alza por cuarta sesión consecutiva, impulsados por el aumento de la tensión entre Estados Unidos y Venezuela, en un contexto de mayores riesgos geopolíticos y expectativas de nuevas incautaciones de buques petroleros en aguas venezolanas. El movimiento del crudo se produjo en una jornada marcada por la volatilidad internacional y tuvo impacto directo sobre los mercados financieros globales. La información fue publicada por Infobae.
En ese escenario, el barril de Brent del mar del Norte, referencia para Europa, con entrega en febrero, cerró a 62,07 dólares, con una suba del 2,65%, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), que comenzó a cotizar como contrato de referencia para el mismo mes, avanzó 2,64% hasta los 58,01 dólares. El repunte se explicó menos por factores clásicos de oferta y demanda y más por el recrudecimiento del conflicto diplomático y comercial entre Washington y Caracas.
Desde el mercado, el diagnóstico apuntó de manera directa al frente político. Mark Waggoner, presidente de Excel Futures, afirmó en declaraciones a la AFP que el incremento del precio del crudo no responde a un desequilibrio estructural del mercado, sino a “la amenaza de guerra de Estados Unidos contra Venezuela”. Según el ejecutivo, el Gobierno estadounidense ya confiscó dos petroleros sospechados de transportar crudo venezolano y el domingo habría iniciado la persecución de una tercera embarcación.
La tensión se intensificó luego de que la administración de Donald Trump anunciara la implementación de un bloqueo naval dirigido a petroleros sancionados que operan con crudo venezolano. Analistas de UBS consultados por la AFP calificaron la decisión como “una escalada” y una señal de que Estados Unidos está dispuesto a reducir en el corto plazo las exportaciones de petróleo venezolano, una medida con impacto directo sobre el mercado energético internacional.
Venezuela cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, aunque su producción se ubica actualmente en torno a un millón de barriles diarios, lejos de los niveles históricos. Según expertos de UBS, una eventual suspensión de exportaciones implicaría un golpe severo para la economía venezolana, al privarla de una de sus principales fuentes de ingresos en divisas, y podría afectar también el suministro de crudo a China, uno de sus principales destinos comerciales.
En la actualidad, solo la petrolera Chevron cuenta con autorización para transportar petróleo venezolano hacia Estados Unidos. De acuerdo con fuentes del sector citadas por la AFP, esos envíos superan los 200.000 barriles diarios, lo que convierte a la empresa en un actor clave dentro del esquema de excepciones vigente. Cualquier modificación a este régimen podría generar nuevas distorsiones en el mercado.
Waggoner anticipó que las próximas semanas estarán marcadas por una alta volatilidad, influida tanto por el escenario geopolítico como por factores estacionales. “Las dos próximas semanas serán volátiles”, señaló, al explicar que las festividades de fin de año reducen el número de compradores activos y amplifican los movimientos de precios ante cualquier noticia relevante.
El impacto de la tensión energética se sintió también en otros activos financieros. En Wall Street, las acciones cerraron en alza en una jornada con menor volumen de operaciones, debido a la cercanía de las festividades navideñas. Los principales índices estadounidenses avanzaron de manera sostenida durante el día, en línea con lo que algunos analistas describen como el tradicional “rally de Santa Claus”.
El S&P 500 subió 0,6%, consolidándose en terreno positivo. Axel Rudolph, analista de la plataforma IG, señaló a la AFP que los mercados bursátiles de Estados Unidos continúan avanzando apoyados en un contexto de menor actividad y ausencia de grandes catalizadores negativos. En la misma línea, Steve Sosnick, estratega de Interactive Brokers, consideró que, salvo sorpresas externas, la tendencia alcista podría extenderse hasta el cierre del año.
El buen desempeño no se limitó a Estados Unidos. En Asia, el sector tecnológico lideró las subas, con avances destacados en compañías como Samsung Electronics, TSMC y Renesas. La bolsa de Tokio sobresalió con una ganancia del 1,8%, favorecida por la depreciación del yen, mientras que otros mercados de la región —Hong Kong, Shanghái, Sídney, Seúl, Singapur, Bombay, Bangkok, Wellington, Taipéi y Manila— también cerraron con avances.
En contraste, las plazas europeas mostraron un comportamiento más dispar. Las bolsas de Londres y París terminaron en baja, mientras que Fráncfort cerró prácticamente estable, reflejando la cautela de los inversores del Viejo Continente ante el contexto internacional.
Los metales preciosos también reaccionaron al clima de incertidumbre global. El oro alcanzó un máximo histórico de USD 4.442,19, mientras que la plata marcó un nuevo récord. Ambos activos se vieron impulsados por las expectativas de una eventual reducción de las tasas de interés en Estados Unidos y por el incremento de las tensiones geopolíticas, que refuerzan su rol como refugio de valor.
Analistas del mercado señalaron que el endurecimiento del embargo petrolero contra Venezuela y los conflictos militares en otras regiones, como el ataque ucraniano a un buque de la flota rusa en el Mediterráneo, contribuyeron a reforzar la demanda de activos considerados seguros. En ese contexto, el petróleo avanzó más de dos puntos porcentuales, reflejando la prima de riesgo asociada a posibles interrupciones en el suministro.
En el mercado cambiario, los operadores siguieron de cerca la evolución del yen japonés. La moneda se debilitó más de 1% frente al dólar luego de que el Banco Central de Japón elevara la tasa de interés a su nivel más alto en treinta años, sin dar señales claras de nuevos incrementos en el corto plazo. Las declaraciones del gobernador Kazuo Ueda alimentaron especulaciones sobre una posible intervención estatal para frenar la depreciación.
El panorama global muestra así una combinación de tensión geopolítica, volatilidad financiera y búsqueda de cobertura por parte de los inversores. El conflicto entre Estados Unidos y Venezuela se convirtió en un factor central para el mercado energético, con efectos que se extienden más allá del petróleo y alcanzan a acciones, metales y divisas.
De cara a las próximas semanas, los analistas anticipan que el comportamiento de los precios seguirá condicionado por las decisiones políticas y por la evolución de los conflictos internacionales. En un mercado con menor liquidez por las festividades, cualquier novedad relevante podría amplificar los movimientos, manteniendo al petróleo y a los activos financieros bajo un clima de incertidumbre elevada.