El Gobierno celebró la sanción del Presupuesto 2026 y afianzó su esquema político de negociación en el Congreso

El Gobierno nacional cerró el año político con un fuerte respaldo parlamentario tras la sanción del Presupuesto 2026 y la Ley de Inocencia Fiscal, aprobadas en la noche del 26 de diciembre en el Congreso de la Nación, en una extensa jornada que fue seguida minuto a minuto desde la Casa Rosada. En el oficialismo definieron la votación como un “hecho histórico” y destacaron que se cumplió la voluntad del presidente Javier Milei de cerrar diciembre con la primera previsión presupuestaria sancionada desde 2023, con déficit cero y respaldo legislativo pleno. La información fue publicada por Infobae.

La aprobación de ambos proyectos marcó el primer triunfo legislativo de peso de la administración libertaria y validó, según admiten en Balcarce 50, la división de roles políticos que Milei ordenó tras su victoria electoral. En el Gobierno aseguran que la votación consolidó un esquema de interlocución diferenciado entre el Poder Ejecutivo, el Congreso y los gobernadores, con una mesa política que logró sortear resistencias internas y externas.

“Se festeja fuerte. Pasaron dos cosas: tenemos Presupuesto después de mucho tiempo y lo conseguimos con una previsión seria, con déficit cero y números acordes a la ley de leyes”, sostuvo un funcionario del Ejecutivo en diálogo con Infobae, pocas horas después de la sanción. En el oficialismo subrayan que el resultado llegó luego de décadas sin una planificación presupuestaria aprobada en tiempo y forma, un dato que consideran central para ordenar la macroeconomía y enviar señales al mercado.

La sesión en el Senado estuvo atravesada por momentos de tensión. El jefe del bloque de Unión por la Patria, José Mayans, cuestionó duramente al oficialismo y protagonizó cruces con la flamante senadora Patricia Bullrich, quien tuvo su debut legislativo con una victoria clave. La exministra logró que el Presupuesto 2026 se aprobara sin modificaciones, replicando el resultado obtenido días antes en la Cámara de Diputados.

A pedido de Bullrich, buena parte de la mesa política del Gobierno estuvo presente en el recinto. Durante la tarde, la senadora recibió en su despacho al ministro del Interior Diego Santilli, al presidente de la Cámara de Diputados Martín Menem, a Eduardo Lule Menem y al secretario de Asuntos Estratégicos, Ignacio Devitt. Desde el palco, el grupo siguió de cerca el desarrollo de la votación, coordinando gestiones y contactos.

Mientras tanto, en las oficinas de Balcarce 50, el jefe de Gabinete Manuel Adorni monitoreaba el debate y el asesor presidencial Santiago Caputo evaluaba la estrategia general. La coordinación se sostuvo a través de intercambios permanentes por WhatsApp y llamados telefónicos, especialmente cuando surgieron dudas de último momento entre algunos legisladores del interbloque peronista.

Uno de los momentos más delicados se produjo entrada la tarde, cuando la senadora Carolina Moisés expresó reparos y puso en suspenso el respaldo de su espacio, a la espera de definiciones vinculadas a obras públicas para Jujuy. Desde el oficialismo reconocen que la intervención coordinada de Bullrich, Santilli y Menem fue decisiva para destrabar apoyos y garantizar el número final.

El conteo previo en el Gobierno estimaba un piso de 37 votos para el capítulo más controvertido del Presupuesto, que incluía el artículo 30, rechazado por la oposición y por un sector del radicalismo. Sin embargo, el resultado superó las previsiones: el oficialismo alcanzó 42 respaldos, sumando los votos de José Carambia y Natalia Gadano (Santa Cruz) y de los peronistas Guillermo Andrada (Catamarca), Sandra Mendoza (Tucumán) y la propia Moisés.

Durante toda la jornada, el presidente Javier Milei siguió el debate desde la Quinta de Olivos y se mostró activo en redes sociales. “Abróchense los cinturones porque va a haber más reformas”, escribió al retuitear un mensaje de Bullrich en el que celebraba la aprobación del “primer Presupuesto con déficit cero de la historia”. La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, no asistió al recinto, pero mantuvo contacto permanente con los principales negociadores.

Con el resultado prácticamente asegurado, en la Casa Rosada destacaron especialmente la sanción de la Ley de Inocencia Fiscal, considerada estratégica por el oficialismo para incentivar la regularización de capitales. “Es el hecho histórico de los últimos 40 años. La Inocencia Fiscal es brutalmente beneficiosa”, afirmaron desde uno de los despachos oficiales.

En el balance interno, el Gobierno interpretó la votación como una ratificación del esquema de conducción política definido por Milei. Según ese diseño, Martín Menem y Patricia Bullrich concentran la negociación parlamentaria en Diputados y el Senado; Diego Santilli articula con los gobernadores; Manuel Adorni coordina y valida las definiciones; y Karina Milei supervisa el conjunto. Desde el entorno de Caputo subrayan que su rol es estratégico y que interviene solo cuando se lo solicita.

“El esquema funciona: Patricia maneja el Senado y pide ayuda cuando la necesita. Lo mismo hace Menem en Diputados”, sintetizó una fuente del oficialismo. Otra voz agregó: “Santilli coordina con los gobernadores, Adorni ordena la mesa y Santiago aporta estrategia. Todo bajo la supervisión de Karina. Por ahora, lujo”.

Desde la oposición, el resultado dejó lecturas divididas. Mientras algunos bloques cuestionaron la velocidad del trámite y el contenido de la Ley de Inocencia Fiscal, otros reconocieron la capacidad del Gobierno para ordenar voluntades en un Congreso fragmentado. Para el oficialismo, ese punto es clave: consideran que lograron aprobar dos proyectos centrales sin mayoría propia y en un contexto de fuerte polarización política.

Tras la sanción, el foco del Ejecutivo se trasladó al segundo gran objetivo de las sesiones extraordinarias: la Reforma Laboral, diseñada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado Federico Sturzenegger y el ministro de Economía Luis Caputo. A diferencia de los proyectos aprobados, esta iniciativa enfrenta una resistencia abierta del sindicalismo, de la oposición y de algunos aliados parlamentarios.

El oficialismo descartó extender las extraordinarias durante los primeros días de enero y fijó el tratamiento para el 10 de febrero, luego del receso estival. Bullrich deberá intensificar las negociaciones para reunir los apoyos necesarios y repetir el esquema que permitió el triunfo de diciembre. “Equipo que gana no se toca”, ironizó una fuente cercana a la mesa política.

Desde el propio Santilli, la lectura fue similar. “Fue todo trabajo en equipo”, afirmó desde los pasillos del Congreso tras la votación. En la misma línea, Adorni escribió en su cuenta de X: “Felicitaciones a todos los que trabajaron codo a codo para que Argentina tenga un presupuesto equilibrado para 2026”.

Con la aprobación del Presupuesto y la Ley de Inocencia Fiscal, el Gobierno cierra el año con una señal política fuerte y una validación interna de su método de negociación. El desafío que sigue será sostener ese funcionamiento frente a reformas más sensibles y con mayor costo político, en un Congreso que, por ahora, le permitió al oficialismo celebrar su primer gran triunfo legislativo.