Mantener la unidad y el entusiasmo es un gran desafío para el líder durante un proceso de cambio en la compañía. Muchas veces, durante una reorganización, una adquisición, una fusión o un cambio de autoridades, la incertidumbre domina a los equipos y el rumbo se pierde.
En estos casos, el rol del líder es crucial para mantener el barco a flote. Estas situaciones presentan tanto desafíos como oportunidades; para crecer y avanzar con resultados positivos, el líder debe ser organizado, estratégico y estar sobre-preparado.
Como líder, es importante mantener metas claras y estar muy atento a los cambios que puedan ir surgiendo en uno mismo y en el equipo. Una buena herramienta para sentirse listo es diagramar mentalmente distintos escenarios que podrían suceder (pensar en todo lo que podría salir bien y lo que podría salir mal). El cambio puede desarrollar aspectos inesperados y el líder debe mostrar compostura frente a su equipo para guiarlos por el camino correcto.
Es muy importante tener un plan de acción que incluya a todo el personal, distribuyendo las expectativas y responsabilidades de cada uno. El éxito vendrá si los líderes pueden coordinar a sus equipos, maximizando el talento y la versatilidad de los distintos actores. La evolución debe ser colectiva.
Diseñar el esquema de la organización: antes de transitar el cambio, es una buena estrategia evaluar al equipo para asegurarse que tengan la habilidad, experiencia y conocimiento requeridos para desarrollar la empresa a futuro. Para ello, el líder puede hacerse las siguientes preguntas: ¿Cómo puede el equipo, rápidamente, volverse lo más eficiente posible? ¿Cuáles son los nuevos desafíos y responsabilidades que enfrenta nuestro equipo en el crecimiento? ¿Hay algún vacío que debemos llenar?
Por lo general, los desafíos asociados al cambio suelen sacar a la luz las debilidades del liderazgo y del equipo; es mejor evaluar y fortalecerse durante la etapa de planificación para llegar preparado a la ejecución.
El diseño de la organización tiene que ver con tomar decisiones escalables, es decir que vayan mejorando a largo plazo y no que simplemente resuelvan la cuestión de forma inmediata. El líder tiene que tener en cuenta que siempre encontrará alguna resistencia e incertidumbre ante el re-diseño organizacional, pero si explica cómo serán los cambios y a qué se deben, el equipo entenderá y se acomodará a esa visión de la empresa.
Activar la ejecución del cambio: cuando el cambio no se maneja correctamente, la cultura de la organización puede verse afectada, impidiendo la innovación y la eficiencia. Por eso, la comunicación es clave.
Es crucial que el líder tenga un visión clara de hacia dónde va la empresa para lograr que su equipo vaya en la misma dirección. Tener una organización con valores definidos, que comunica con transparencia, ayudará a desarrollar flexibilidad y adaptación en los empleados.
Direccionar: el líder puede posicionar a su equipo en situación de éxito cuando logra establecer prioridades claras en cada paso. Por eso, hay que transmitir una visión creíble para el equipo; asimismo, es importante escuchar sus preocupaciones y empoderarlos para que alcancen resultados con instrucciones claras. Puede ayudar definir parámetros de monitoreo de la tareas.
Comprometer al equipo: organizar las posiciones y mantener el foco ayuda a que el equipo se mantenga flexible durante la transición. Steve Jobs decía que no tiene sentido contratar a personas inteligentes y luego decirles qué hacer; las contratamos para que ellas nos digan qué hacer a nosotros.
Empoderar: para lograr que el equipo tome decisiones eficientes, hay que ser explícito y transparente. Para eso, compartir los objetivos que apuntan a esas decisiones; es muy importante invitar al diálogo y mantener la ejecución activa para no perder la motivación durante el cambio.
Fomentar el talento: la planificación de las carreras profesionales de cada uno es un proceso que se va realizando sobre la marcha y representa un puente entre el trabajo actual y la siguiente oportunidad. Diseñar los planes de crecimiento personal ayuda a que el equipo alcance sus metas. En este sentido, es necesario nutrir el talento de cada uno combinando sus objetivos con las oportunidades que puedan surgir.
Mantener el avance del equipo: la empatía siempre es un buen aliado a la hora de conversar con el equipo y lograr resultados positivos durante el cambio porque, muchas veces, la gente también está pensando en cómo la transformación impactará en su vida personal. Puede servir de ayuda mostrar la propia perspectiva para transmitir tranquilidad e intentar que el resto se suba al mismo tren.
Es importante reiterar el porqué de las decisiones y los cambios porque la gente necesita escucharlo. Si los roles de los integrantes del equipo se modifican, el líder debe asegurarse que hay un plan que lo respalda y ayuda a que las personas puedan desarrollarse.
Compartir el éxito: aunque está claro que los éxitos dependen de todo el conjunto, es vital transmitírselo al equipo para que sientan reconocimiento y entiendan que son esenciales en la transformación de la organización.