La iniciativa surgió a principios de mayo de 2020 a través de Agustina Belizan que al ver que no se hacían este tipo de mermeladas saludables en la provincia decidió confeccionarlas fusionando diversos sabores y aplicando los conocimientos que ella tiene en mixología para la creación de un producto vegano y sin conservantes al que denominó "Scaramanzia".
Las mermeladas combinan frutas, verduras y flores, que le dan un sabor especial conservando las propiedades y vitaminas de los productos naturales. Tomate y romero caramelizado, papaya y lavanda, calabaza y muña muña, zanahoria y manzana, pera, hierbas, cayote y vainilla, papaya y frutilla, frutilla y nuez moscada, son algunos de los sabores que fusionó.
En ese sentido mencionó, "se me ocurrió porque yo soy barmaid y me dedico más que nada a la parte de la mixología que tiene mucho que ver con esto, con probar fusiones de sabores, mezclar hierbas y texturas. Como cerraron todos los bares me puse a pensar que podía hacer y que tenga relación con lo que estudié, con lo que me capacito permanentemente".
"Vi que no se hacen mermeladas que utilicen especias en Jujuy, entonces empecé a aplicar los conocimientos de mixología para realizar estas mermeladas de autor. Básicamente fue eso lo que me incentivó ya no tuve otra opción que reinventarme y decidí hacer esto también porque estoy acostumbrada a trabajar de manera independiente. Quise tratar de seguir por ese lado y por suerte me salió bien. Le agradezco mucho a mi familia que me acompañó todo el tiempo", añadió.
Aseguró que para concretar este proyecto atravesó por un proceso de prueba y mucha capacitación en bromatología. Ella ya se había capacitado en manipulación de alimentos y a través del contacto con especialistas pudo nutrirse de los conocimientos pertinentes para crearlo.
Asimismo, señaló que "aprendí a equilibrar la cantidad de azúcar y sabores, y seguir con lo que yo hago a través de un producto vegano y sin conservantes. Me fijé mucho en eso, en que el producto dure, en el proceso de esterilización, de envasado, y siempre pensando en cuidar a la persona que la consume. De hecho, la fruta y la verdura yo la encargo de una persona que tiene un protocolo bastante riguroso, ellos son nuestros únicos proveedores porque me parece clave que los alimentos de manejen bien".
Al preguntarle porque eligió ese nombre para su emprendimiento sostuvo que "Scaramanzia" es una magia italiana o una hechicería que es para la buena suerte. El nombre lo conoció mediante una canción de su banda favorita que son Los Redonditos de Ricota y le llamó la atención.
Por eso decidió utilizarlo, ya que es algo que "mantiene con suerte" y en la letra de la canción dice "es una cábala de amor", y la mantiene muy positiva esa palabra.
Sus antecedentes
Explicó que hace cinco años en Tucumán tenía un emprendimiento de mermeladas, en ese entonces aún no había estudiado sobre coctelería, ni mixología, hacía solamente sabores tradicionales que tuvieron buenas repercusiones y resultados.
Tenía esa base y conocimientos, además la motivó que no es algo que precise de mucho capital para iniciarse, "lo que si hay que ser muy cuidadosos, principalmente apenas uno empieza a hacer esto debe dirigirse a bromatología porque ellos te dicen cómo hay que tener la cocina, como hacerlo, yo ya lo tenía pensado a todo eso pero con eso me concentré mucho más en seguir todos los lineamientos del código alimenticio", sostuvo.
Diferentes sabores naturales
Otro de los objetivos que Agustina Belizan Rivera se planteó para “Scaramanzia” fue hacer que sus productos mantengan las propiedades y vitaminas de las frutas, “ahora se ve que la gente se está cuidando mucho y le presta atención a su alimentación. Entonces todo lo que sea sin conservantes, natural o sin azúcar le llama mucho la atención a la gente, y ese fue el pilar de marketing que agarré”, expresó al respeto.
También manifestó que fue un desafío captar a sus clientes “la verdad que el primer mes yo lo veía como algo muy raro, era como que no me imaginaba como puede quedar una verdura, con una fruta y flores. Por ejemplo yo empecé haciendo papas y rosas, papas y lavanda, y tuve que hacer frasquitos de degustación”.
Así fue captando a sus clientes que se empezaron a asombrar por el sabor de las mermeladas y de a poco se fueron acrecentando comprándole cada vez más. Sobre su futuro afirmó que quiere seguir avanzando, progresando y ampliar el caudal de su emprendimiento y lo realizará cuando se vaya normalizando la situación sanitaria.
“Por el momento no puedo expandirme más, por suerte hay mucha demanda, y para seguir creciendo tengo que contratar gente, habilitar un lugar más grande y por la pandemia eso se complica. Yo no quiero introducir un proceso industrial, lo que quiero es preservar de que siempre sea artesanal”, agregó.
En ese contexto remarcó que pretende seguir agregando gusto a los sabores que ya tiene y que para eso debe pasar por una prueba en el laboratorio de bromatología que lleva tiempo. Mucho de eso depende de las frutas de estación que las va incorporando.
Siguió diciendo que “recibí una buena respuesta de la gente y la verdad que me está yendo muy bien. El que más se vende de los sabores es el de papaya con lavanda, la lavanda tiene una propiedad que levanta el ánimo”.
Para finalizar comentó que “hacer algo uno mismo tiene un valor muy importante porque no lo hacemos solamente para conseguir dinero sino también le ponemos amor, si uno no le pone amor y buena energía, no saldrá bien”.
El Tribuno
