De acuerdo a un reporte del Harvard Business Review, trabajar con personas desordenadas puede llegar a ser agotador. Es fundamental encontrar una solución para lograr incrementar la productividad del equipo.
Según el CEO de Whalecom, Gonzalo Rossi, el primer paso es comprender “a qué nos referimos con desorden”, ya que no es lo mismo una pila de papeles en el escritorio que llegar siempre tarde a las reuniones de trabajo.
En ese sentido, el manager general de GhidiniRodil, Matías Ghidini, el impacto no es el mismo si el desordenado del equipo es el líder o un colaborador. “Si es un jefe, se verá un impacto mayor en la pérdida de tiempo y el equipo se terminará volviendo ineficiente”, señaló el ejecutivo, a la vez que remarcó que “comienzan a surgir problemas de comunicación”, lo que hace que “las prioridades no queden claras”.
En ese contexto, cuando el desorden está directamente relacionado con el incumplimiento de los plazos de las tareas, el líder del equipo deberá observar si eso responde a la manera de trabajar del colaborador o si, por el contrario, se produce por una carga excesiva de tareas o por no tener las competencias necesarias para el puesto.
En caso de que el desorden esté ligado a la forma de trabajar del colaborador, Rossi señaló que “el líder tiene que poder dar un feedback”. Asimismo, sostuvo que en el segundo ejemplo –carga excesiva de tareas–, “son pocos los jefes a los que les resulta fácil reconocer que alguien está tapado de trabajo”; en tanto, manifestó que en el tercer caso –falta de competencias–, “el líder debe saber hasta dónde puede dar un colaborador. Si el desafío está muy por encima de las capacidades de esa persona, se puede generar mucho estrés”.
De acuerdo al director general de Humanize Consulting, Alejandro Melamed, actualmente muchas empresas tratan de que todo fluya y de lograr un vínculo entre los miembros. “Se requieren de estilos distintos que se complementen. Muchas veces, la gente que tiende a la desorganización no logra complementarse con los integrantes del equipo, lo cual repercute negativamente en los objetivos”, indicó.
En ese sentido, Melamed explicó que para ayudar a los colaboradores a ser más organizados lo mejor es escucharlos, asegurarse de que tengan claro cuál es el problema y establecer fechas específicas para que cumplan ciertos objetivos, además de mostrarles, con hechos concretos, cuáles son las consecuencias de su desorden.
Según Rossi, el líder debe modificar las reglas del juego para lograr un cambio en la conducta del colaborador. “Si un empleado desorganizado suele entregar los informes a último momento y esto no le permite al líder prepararse correctamente para estudiarlo e integrarlo en una presentación a sus superiores, ese jefe puede cambiar la fecha límite de entrega de esos reportes para minimizar el impacto negativo”.