A la hora de atraer a un cliente, los conocimientos técnicos son importantes. Sin embargo, de nada te servirán si no sos agradable y tenés empatía; en definitiva, ese es el arma secreta para construir una relación a largo plazo. Por más competente que puedas llegar a ser, si no sos capaz de caer bien, nadie querrá trabajar con vos.
La simpatía es la consumación de tres características:
1- Empatía. Es la capacidad para relacionarte con los demás y ponerte en el lugar del otro. La mayoría de las relaciones confiables a largo plazo están construidas sobre la base de esta habilidad, para la cual se requieren tres cosas: autopercepción, práctica y experiencia. Sobre este último punto, vale destacar que el hecho de compartir experiencias en común hace que sea más fácil formar un vínculo profundo.
Que quede claro: tener empatía no significa que siempre estés de acuerdo con las opiniones de los demás o que quieras quedar bien con todos, sino que tenés en cuenta los sentimientos de tus empleados, colegas y socios al momento de tomar decisiones. ¿Cómo conseguirlo? Tratá de escuchar más, reaccionar menos y ponerte siempre en el lugar de la otra persona.
2- Confiabilidad. Cualquier cliente espera que el negocio sea confiable y seguro. Para ello, el proyecto o producto debe ser entregado en tiempo y forma, cumpliendo con el presupuesto acordado.
No son pocos los clientes que están dispuestos a abonar más por un servicio confiable. Es necesario que cultives una buena reputación: si realizás una promesa, debés cumplirla; si no podés cumplir con alguna de tus responsabilidades en el tiempo acordado, asegúrate de que el cliente lo sepa cuanto antes.
3- Integridad. Ser honrado es alcanzar el nivel más alto no solo de comportamiento, sino también de profesionalismo; es hacer bien tu trabajo aunque nadie te esté observando. Hay muchas personas que son inteligentes y capaces, pero no muchas se esfuerzan por cultivar la integridad. Así lo aseguró el inversionista Warren Buffett: “Si buscás personas para contratar deben tener tres cualidades: integridad, inteligencia y energía. Si no tienen la primera, las otras dos te asesinarán”.
Aunque a veces no sea tan fácil comportarse de la mejor manera posible, el esfuerzo valdrá la pena. Toda relación, ya sea a nivel laboral o personal, siempre demandará honestidad. Por eso, debés procurar aplicar tu mejor juicio tanto con tu familia y tus amigos, como con tus colegas.