Cuando un colega, o socio te pide ayuda en algo o te delega una tarea pero sabes que no podrás ayudarlo, la respuesta instintiva (y, por supuesto, concreta) es “no”. Sin embargo, si buscás tener una relación sana con esa persona, deberás repensar tu respuesta.
Decir que no tan rotundamente es un mensaje negativo y transmite poco interés en intentarlo. Entonces, ¿cómo responder de forma más positiva si no puedo cumplir con lo que me solicitan?
En realidad, no hay razón definitiva para no ayudar a alguien que nos necesita; por eso, debemos buscar un acercamiento más productivo y no cerrarnos por completo a alguien que confía en nosotros como para pedirnos ayuda o delegarnos una responsabilidad.
Podés responder de esta forma: “No puedo hacerlo, pero sí puedo hacer lo siguiente”. U “ojalá pudiera, probemos de hacer esto mejor”.
Cuando decís cosas como esas, mostrás empatía. Decir “no” se puede convertir en un hábito. Empezá a prestar atención a cómo te comunicás en tu espacio de trabajo; esta es una de las cosas que podés controlar fácilmente. Si tus compañeros empiezan a verte como alguien negativo, tu carrera puede verse obstaculizada.
Ayudar a otros te convierte en un recurso valioso. Hoy, la gente está siempre ocupada y estresada y por eso se rehúsa a ayudar a los demás; pero los otros se encuentran igual que uno y, muchas veces, realmente necesitan que se les dé una mano. Cuando ayudás a otros, te convertís en la persona en la que todos pueden confiar y sostenerse. Así, te ubicás a vos mismo en una muy buena posición dentro de la empresa.