mazon, el conglomerado digital que vale US$1,3 billones, enfrenta serios problemas. A pesar de ser considerada la cuarta firma más valiosa del mundo, nada es perfecto. La compañía creada por Jeff Bezos se enfrenta a un contrato social que se deshilacha, hinchazón financiera y a una competencia re-energizada.
Algunas críticas comunes contra Amazon apuntan a las condiciones laborales de sus empleados y al rol de la compañía en una multitud de sectores digitales, generando conflictos de intereses. ¿En qué medida deben sentirse cómodas otras firmas al dar sus datos sensibles a Amazon Web Services (AWS), considerando que es parte de un conglomerado más grande que compite con ellas? Estas cuestiones están siendo investigadas tanto por el Congreso de los Estados Unidos como por la Unión Europea (UE).
La firma ha pasado del ajuste de activos a tener un balance pesado, con una planta por un valor de US$104.000 millones, incluyendo activos alquilados. Como resultado de ello, las ganancias (si se excluye las de AWS) serían muy escasas.
Sumado a esto, la pandemia está reduciendo aún más los márgenes en el comercio electrónico. Si bien la firma cuenta con el potencial para convertirse en algo más que la suma de sus partes cosechando datos y vendiendo publicidad y suscripciones, los bajos márgenes del comercio electrónico hacen difícil para Amazon separarse de AWS. “Esto terminaría con el acoso de los entes reguladores y liberaría a AWS, pero privaría a Amazon de la máquina generadora de dinero que financia todo lo demás”, advierten los expertos.
Los rivales de Amazon se han energizado con la pandemia. Mientras las ventas digitales de Walmart, Target y Costco aumentaron al doble o más en abril, las firmas digitales independientes comienzan a prosperar.
Por otro lado, en gran parte del mundo reinan competidores regionales, entre ellos, MercadoLibre en América latina, Jio en la india y Shopee en el sudeste asiático. China es dominada por Alibaba, JD.com y nuevos contendientes audaces como Pinduoduo.
La empresa más admirada del mundo se ve obligada a resolver varios dilemas: si Amazon eleva los salarios para aplacar a los políticos en una “era populista”, perderá su ventaja de bajos costos; si separa a AWS como firma independiente para apaciguar a los entes reguladores quedará financieramente frágil; y si eleva los precios para satisfacer a los accionistas, sus nuevos competidores ganarán participación en el mercado.
Luego de 25 años, la visión de Bezos de un mundo que compra, mira y lee online se está haciendo realidad más aceleradamente que nunca y el trabajo de conducir a Amazon se vuelve todo un desafío para el magnate más importante del siglo XXI.