oy vamos a comprobar lo sencillo que es hacer una jardinera completamente pegada a la vivienda sin riesgos de manchas de humedad en el interior.
En el ejemplo se ha configurado la jardinera para tres plantas grandes, pero esto mismo podría hacerse para una pieza repleta de pequeñas plantas, utilizando multitud de maceteros.
Es sencillo, se trata de generar vasos independientes para cada planta. Pero, como todo, tiene su técnica y no estamos hablando únicamente de enterrar unos maceteros sin más. Además, después vamos a ver cómo rizar el rizo con el truco estrella definitivo.
El problema de rellenar completamente de tierra una jardinera de ciertas dimensiones es que, con el paso del tiempo y el crecimiento de las raíces, suelen acabar dañándose las láminas impermeabilizantes, produciendo filtraciones.
Cuando queremos garantizar que esto no pueda ocurrir, tenemos la solución de los maceteros independientes. Las raíces no van a salirse nunca de ellos y las tierras no estarán en contacto con las paredes de la jardinera, por lo que el agua contenida no mojará permanentemente las superficies interiores de ésta.
Ahora bien, debemos garantizar la salida del agua sobrante de riego y el propio agua de lluvia.
Primero debemos impermeabilizar el vaso de la jardinera de igual manera que lo haríamos como si fuese a llenarse completamente de tierra. De esta manera garantizamos la estanqueidad del conjunto. Después hablaremos también del impermeabilizante; yo uso un sistema completamente diferente al habitual de las láminas asfálticas soldadas.
Una vez impermeabilizado el vaso, debemos habilitar en el fondo una o varias salidas de agua, conectadas o no al saneamiento; eso ya dependerá del diseño del jardín en cuestión y cada proyecto es un mundo.
Resuelto este punto y garantizada la salida de aguas, pasamos a colocar los maceteros a nivel y separados del fondo cierta distancia para que el agua que escurre de ellos pueda discurrir fácilmente hasta la salida que habíamos dejado preparada. Para conseguir esta separación utilizaremos, por ejemplo, tacos de ladrillo y las piezas se tomarán con mortero de cemento, quedando completamente agarradas.
El siguiente paso será cerrar todo el vaso de la jardinera con un tablero de hormigón, como se ve en la imagen. Para ello, realizamos unos tabiques palomeros, apoyamos sobre éstos unos bardos cerámicos y ejecutamos una capa de compresión de hormigón de 3 cm. de espesor. Mi consejo es que esta capa de compresión se arme con un mallazo, para garantizar que el día de mañana no se rompe si alguien se sube encima al realizar alguna labor de mantenimiento.
Ya tenemos los tres vasos independientes convertidos en un solo cuerpo con la jardinera principal. Ahora debemos incorporar salidas de agua al tablero para que no se nos genere embalsamiento en superficie. Para ello podemos utilizar simples sumideros sifóncos, como los que colocaríamos en el suelo de un local húmedo.
En la imagen se aprecia la colocación de uno de los sumideros. Coloca varios, según las necesidades de cada caso. Ni que decir tiene que los maceteros también deben tener salida de agua, como el de la fotografía.
Mira esta otra imagen. Si te fijas los maceteros quedan enrasados con el hormigón del lado más cercano a la vivienda y sobresalen un poco del lado opuesto. Se trata de que el tablero de hormigón tenga algo de pendiente, para facilitar la escorrentía de aguas hacia los sumideros.
Con esta estructura ya montada podríamos sembrar nuestras plantas y después rellenar de gravilla el vaso para ocultar todo el sistema, pero vamos a ver una opción complementaria que ya es para nota. ¡El truco estrella!.
Utiliza otros maceteros que encajen sobre éstos, que serán de quita y pon. Realmente sembraremos en estos últimos, no en los que han quedado fijos en el vaso. Para el mantenimiento posterior será infinitamente más sencillo vaciar la tierra o realizar otro tipo de operaciones. Solamente debemos extraer los maceteros encajados con las plantas sembradas en ellos y trabajaremos fuera de la jardinera.
Volviendo a la impermeabilización inicial, me gustaría dar mi opinión al respecto de las láminas asfálticas soldadas que suelen utilizarse normalmente para resolver este tipo de detalles constructivos. Esas telas se degradan con el tiempo y muchas veces quedan defectuosas desde la propia colocación, provocando filtraciones desde el primer día. Basta con que un encuentro en rincón no esté bien ejecutado para tener ya un problema.
Es mucho mejor utilizar morteros impermeabilizantes del tipo de los que se aplican para construir depósitos de agua. Se aplican con llana y garantizan la estanqueidad con mucha más fiabilidad.
Hay muchos en el mercado, pero yo estoy utilizando el Sika Top Seal - 107 y me va muy bien. Es un mortero bicomponente a base de cemento y resinas sintéticas que se debe aplicar mediante llana dentada, en tres manos, con un espesor medio de 2 mm. y con un consumo de 1,8 kg/m²/mm.
La Magia del Paisaje