Dos ensayos que calculan cuánto rinde la fertilización en el maíz para silo

l maíz se convirtió en una herramienta central para alimentar las vacas lecheras. Los híbridos sileros de maíz deben ser evaluados por su capacidad para producir leche y carne, y no sólo por el volumen de materia seca que producen. Por eso cuando se evalúa cómo el agregado de nutrientes afecta la calidad, eficiencia y cantidad de silo producido, es clave saber cómo esta práctica se traduce en producto final: carne o leche por hectárea.

Esta idea, que propone el ingeniero Santiago Vacca, del área de Agroservice del semillero KWS, es importante para analizar el impacto de la fertilización nitrogenada en la producción de leche. La empresa viene realizando ensayos para analizar este tema en profundidad.

En uno de ellos, en Zavalla (Santa Fe), se evaluaron dos híbridos KWS (KM 4360 AS-GLStack y KM 4480 VT3P) y cuatro dosis de fertilización nitrogenada (0,75,100 y 150 kg N/ha), aplicados en forma de urea entre V6 y V8. Los parámetros de calidad más utilizados para analizar los alimentos son: contenido de almidón, FDN y FDA.

Mientras que el primero aporta el 65% de la energía del silo, y por lo tanto es deseable que su contenido sea alto; a medida que aumentan FDN y FDA, se disminuirá el consumo, el alimento será menos digerible y, por lo tanto, su concentración energética será menor.

Los resultados obtenidos demostraron que, al incrementar la dosis de nitrógeno, el contenido de almidón aumenta y la FDN y FDA disminuyen, lo que representa una importante mejora de la calidad nutricional del silaje obtenido.

La mejora de la eficiencia de conversión de los alimentos es un aspecto de gran relevancia en el negocio, ya que implica producir más litros de leche por tonelada de alimento consumido, y por lo tanto, la obtención de un mejor resultado económico.

En este caso se produjo un salto de productividad, desde 18.500 kg de leche/ha en el tratamiento con 50 kgN disponible/ha, a algo más de 25.000 kg de leche/ha en el tratamiento de 200 kgN disponible/ha. Los dos híbridos evaluados se comportaron de manera similar ante la variación en la oferta de nitrógeno de 50 a 200 kg/ha, con una respuesta de 47 kg de leche/ha por cada kg de nitrógeno disponible.

En otro ensayo, realizado en Franck (Santa Fe), se evaluaron tratamientos con UAN, equivalentes a 0, 54, 109 y 163 kgN/ha, aplicados entre V5 y V7. En este caso, la respuesta fue un incremento en la productividad de 39,9 kg de leche/ha ante el aumento de 1 kg de nitrógeno disponible en el suelo.

“Si traducimos ese incremento a ingreso económico, la fertilización que le ofreció al cultivo 159 kgN disponible/ha permitiría obtener un ingreso extra (descontando costos de fertilizante y aplicación) de 1.090 U$S extra/ha, respecto del tratamiento sin fertilización”, explicaron desde la empresa. Haciendo el mismo análisis para el ensayo de Zavalla, se observó que para la dosis de 100 kg de N se obtuvieron ingresos extra de U$S 1.025 respecto al tratamiento sin nitrógeno agregado.

 “Como conclusiones, podemos asegurar que la fertilización con nitrógeno permite aumentar la cantidad y calidad de la materia seca, y que el incremento en la eficiencia de conversión que se logra se traduce en una mayor productividad (kg de leche/ha), maximizando los ingresos económicos por unidad de superficie”, resumió Vacca.

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