Inversiones chinas: cómo se controlarían las granjas porcinas

nte la posibilidad de que se instalen nuevos núcleos de producción porcina en la Argentina a partir de la llegada de inversiones chinas, surge la duda sobre el grado de impacto ambiental y sanitario que tendría la iniciativa. No obstante, con un adecuado manejo de efluentes, estos establecimientos porcinos podrían transformarse en grandes ejemplos de economía circular.

En ese sentido, la directora de la carrera de Ciencias Ambientales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), María Semmartin, expresó que “intensificar y deteriorar no son sinónimos, como tampoco lo son intensificar y mejorar el ambiente”. Según ella, “lo que se busca en general es hacer las cosas bien a través de aumentar nuestro conocimiento de cómo funcionan los sistemas productivos”.

En tanto, el ingeniero Roberto Maisonnave, especialista en gestión ambiental de granjas porcinas, sostuvo que “el manejo de efluentes es el tema principal en términos de contaminación”, a la vez que remarcó que en una granja de tamaño medio, de entre 400 y 600 madres, la cantidad de efluente puede llegar a los 75.000 litros diarios.

“Los efluentes son altamente ricos en nutrientes como fósforo y nitrógeno. Este año, utilizándolos para fertilizar el cultivo de maíz y soja, reemplazamos medio millón de dólares en fertilizantes”, señaló Maisonnave en relación a los nuevos proyectos de su consultora: tres granjas en Santa Fe, una en San Luis, una en Córdoba y una en Buenos Aires, con un total de 14.100 madres y 800 vacas de ordeñe.

Por otro lado, el ingeniero subrayó que Córdoba es la única provincia que posee una legislación específica para este tipo de producción, aunque aclaró que Buenos Aires y Santa Fe buscan crear una normativa parecida. “El productor tiene mucho arraigo y es el primero que no quiere dañar y perjudicar porque sueña con que sus hijos y sus nietos sigan con la actividad”, indicó.

En cuanto a las inversiones chinas, el especialista se mostró optimista. “China sabe que la Argentina es el mejor país del mundo para producir cerdo por una combinación de clima, estatus sanitario, tecnificación del sistema productivo, disponibilidad de agua y costo del alimento”, afirmó.

Según Maisonnave, la legislación sería bastante sencilla y solo haría falta enfocarse en: la ubicación de las granjas, alejadas de las ciudades; la protección de las fuentes de agua subterráneas y superficiales; la utilización de los efluentes; y la producción de biogás a partir de las excreciones de los porcinos.

“El concepto de la economía circular, de reusar y reciclar es fundamental en el manejo de efluentes porcinos. No existe actividad económica de impacto neutro ambiental. Lo que sí existe es usar estrategias que reduzcan ese impacto”, finalizó.