egún la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la población mundial alcanzará las 8.500 millones de personas en tan solo diez años. En ese contexto, para abastecer la creciente demanda internacional de carne vacuna sin afectar el abastecimiento interno es necesario aumentar la producción anual, que actualmente ronda los 3,1 millones de toneladas res con hueso.
Para lograr ese objetivo existen dos caminos: aumentar el stock de bovinos o lograr que el rodeo nacional sea más eficiente, es decir, conseguir más kilos con la misma cantidad de vacas, ya sea a través de mejores indicadores reproductivos o de un mayor peso por animal faenado.
Si bien ambos caminos son posibles, el primero requeriría aumentar la carga animal por hectárea en las zonas ganaderas actuales y la incorporación de nuevas áreas para ganadería, a expensas de la agricultura o avanzando sobre campos aún no explotados.
Dentro de las numerosas herramientas para mejorar la productividad –manejo, alimentación, sanidad y genética–, se destacan los cruzamientos entre razas. Por cruzamiento se entiende al hecho de dar servicio a las vacas de una raza con toros de otra raza produciendo un “choque” genético, también llamado vigor híbrido, que mejora la producción en varios indicadores de valor comercial.
La práctica muestra menores pérdidas prenatales y hasta el destete en terneros cruza, mayor capacidad de crecimiento pre y post destete, y mejor eficiencia de conversión de alimentos.
A diferencia de la realización de una necesaria y continua selección en el rodeo cuyo efecto es lento –se necesitan varias generaciones para obtener beneficios palpables–, los cruzamientos tienen impacto desde el destete de la primera generación.
Uno de los cruzamientos más conocidos es el careta, producto de aparear animales Angus y Hereford. Este animal es fácilmente identificable por su cara blanca, característica transmitida por la raza Hereford.
En síntesis, el cruzamiento es una técnica sencilla y de bajo costo que se puede aplicar en cualquier rodeo. Si a ello se le suma el uso de toros de genética garantizada –pedigree o marcados por las asociaciones–, se obtiene un producto aún superio