Una normativa incongruente dificulta el acceso de los feedlots a las líneas con tasas subsidiadas del Gobierno. El alcance del beneficio por un monto total de $10.000 millones en el ojo de la tormenta.
De los 2.100 establecimientos ganaderos inscritos como tales en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), un 20% no podría acceder al beneficio de compra de alimento para engorde por encontrarse en un registro como productores de trigo y soja.
La explicación es simple: una normativa del Banco Central (BCRA) traba el financiamiento a tasas subsidiadas a quienes realizan ambas producciones registradas en el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) de la AFIP.
Según fuentes del sector privado, la excepción sería que esos feedlots facturen menos de $30 millones como microempresa, algo que no destaca a la generalidad del rubro.
Dadas estas condiciones, un grupo de empresarios intenta llevar el reclamo al Gobierno para trasladar la realidad de los establecimientos que quedarían al margen de la posibilidad de la toma de crédito.