Por Agroempresario.com
El mundo del queso es vasto y apasionante, y detrás de cada delicioso bocado hay un proceso de elaboración único que lo convierte en una obra maestra culinaria. En este artículo, exploraremos cinco diferentes tipos de quesos y los secretos detrás de su creación.
El queso Parmesano, originario de Italia, es un queso de pasta dura con un sabor intenso y una textura granulada. Su proceso de elaboración se inicia con la leche de vaca cruda, que se calienta y cuaja con la adición de cuajo natural. Después de la coagulación, la masa se corta en granos pequeños y se calienta nuevamente. Luego, los gránulos se depositan en moldes y se prensan para eliminar el suero.
El queso resultante se sumerge en una salmuera para desarrollar su característico sabor. Después de varios meses de maduración, el queso Parmesano está listo para deleitar nuestros paladares. Su versatilidad lo convierte en el compañero perfecto para pastas, ensaladas y muchos otros platillos.
El queso Roquefort, originario de Francia, es famoso por sus distintivas vetas azules y su sabor fuerte y salado. Se elabora a partir de la leche de oveja Lacaune, que se cuaja utilizando cultivos de bacterias específicas. Una vez cuajada la leche, se corta y se deposita en moldes para drenar el suero.
Lo que hace que el Roquefort sea tan especial es el proceso de "picado". Se realizan agujeros en la pasta para permitir la entrada de oxígeno, lo que estimula el crecimiento de las características vetas azules gracias a un hongo específico: el Penicillium roqueforti.
La maduración ocurre en cuevas naturales de piedra caliza, donde el queso adquiere su distintivo sabor y aroma. ¡El queso Roquefort es un verdadero deleite para los amantes del queso azul!
Originario de los Países Bajos, el queso Gouda es uno de los quesos más populares en todo el mundo. Se elabora con leche de vaca, que se calienta y cuaja antes de cortarse en pequeños granos. Luego, los granos se remueven y se prensan en moldes para formar las ruedas características.
Lo que hace único al Gouda es el proceso de lavado de la pasta con agua caliente antes de prensarlo. Este paso elimina parte del suero, lo que resulta en una pasta más dulce y menos ácida. Después de la prensa, el queso Gouda se sumerge en una solución salina para obtener su sabor final.
La maduración del Gouda puede variar desde unas pocas semanas hasta varios años, dependiendo del tipo de Gouda que se desee obtener. Desde el Gouda joven y suave hasta el Gouda añejo y lleno de matices, cada bocado cuenta una historia de tradición holandesa.
El queso Cottage es un queso fresco y ligero que no requiere un largo proceso de maduración. Se elabora con leche de vaca y se cuaja mediante la adición de ácido láctico, vinagre o cuajo.
Una vez que la cuajada se ha formado, se corta en trozos pequeños y se calienta suavemente para liberar más suero. Luego, se drena y se enfría, lo que resulta en un queso de textura suave y húmeda.
El queso Cottage es perfecto para ensaladas, untado en tostadas o como ingrediente para postres. Su sabor fresco y sencillo lo convierten en una opción saludable y deliciosa para cualquier ocasión.
Originario de Inglaterra, el queso Cheddar es uno de los quesos más populares y versátiles del mundo. Se elabora a partir de leche de vaca, que se calienta y cuaja antes de cortarse en pequeños cubos. Después de drenar el suero, la pasta se acumula en capas para eliminar más suero y desarrollar su sabor característico.
El proceso de "cheddaring" es lo que hace que este queso sea especial. Las capas de pasta se cortan y apilan repetidamente para favorecer la expulsión del suero y el desarrollo de su sabor y textura únicos.
Después de esta etapa, la pasta se moldea y se deja madurar durante varios meses. El queso Cheddar se presenta en diferentes variantes, desde el suave Cheddar joven hasta el fuerte y maduro Cheddar añejo.