La cosecha de maíz 2023/2024 se viene desarrollando bien, pero aún no está asegurada, principalmente en los cultivos tardíos y de segunda, si se tienen en cuenta las altas temperaturas de los últimos días y la ausencia de lluvias. Tampoco se obtendrán rindes máximos en todas las zonas.
Por un lado, los cultivos sembrados en septiembre finalizaron la floración hace 20 días y ya tienen los granos tomando tonalidad anaranjada. Pasaron muy bien el período crítico de definición de rendimiento y prometen rindes de tendencia o superiores. Sin embargo, hay poca área implantada con estos maíces, por la escasez de humedad en los suelos al momento de siembra.
Los maíces tardíos están en siete-ocho hojas y necesitan nuevas lluvias, que no serían importantes en los próximos días, aunque tienen reservas en los suelos de gran parte de las zonas de cultivo. Todavía tienen por delante muchas etapas y las precipitaciones de las próximas semanas serán clave para la definición de los rendimientos. Los cultivos de segunda tienen escaso desarrollo porque se atrasó la cosecha de trigo en muchas zonas. También ocupan poca superficie porque muchos productores se volcaron a la soja de segunda.
La cuenta para los cultivos de segunda era muy desfavorable para el maíz, que exigía gastar US$200 por hectárea en fertilizantes fosfatados y nitrogenados, y US$100 por hectárea de semilla. Por otro lado, las perspectivas de rinde de los maíces no son máximas en todas las zonas. En el sur de Córdoba, por ejemplo en Marcos Juárez, esperan rindes de tendencia luego de las buenas lluvias en diciembre/enero, pero se necesitan nuevos registros si siguen los días calurosos.
En Venado Tuerto-Pergamino, a pesar de la ocurrencia del evento Niño, los productores se quejan por haber recibido lluvias con acumulados ajustados durante diciembre y enero. “Caen justo cuando los cultivos comienzan entrar en riesgo de acartucharse y permiten tirar una semana más, pero necesitaríamos una lluvia importante en los próximos días que recargue completamente los perfiles”, reclaman.
En el oeste de Buenos Aires, Pehuajó, 9 de Julio y en Bolívar los suelos están más secos y los cultivos no tienen un desarrollo exuberante, los entrenudos son cortos y no prometen rindes máximos. En el sudoeste bonaerense los maíces también evolucionan bien, pero los productores estiman rindes que no superarán el promedio histórico.
La Nación campo