Por Agroempresario.com
En medio de un escenario marcado por las gélidas temperaturas que retardan la entrada de la producción del norte y mientras se agota el suministro proveniente de la provincia de Buenos Aires, el precio del tomate ha experimentado un vertiginoso ascenso en las últimas dos semanas, alcanzando cifras entre 5000 y 7000 pesos por kilogramo en las verdulerías. Este aumento representa un brusco salto del 200% o más en comparación con el mes anterior y sitúa al tomate incluso por encima de las ofertas promocionales de productos como el vacío o el asado en supermercados.
"El tomate está en las nubes, nos genera pérdidas, pero es un artículo indispensable", señalaron desde una verdulería en Palermo, donde el tomate redondo, hace apenas un mes, se vendía a $2500 por kilo y ahora alcanza los $7200, representando un aumento del 188%. "Nos vimos obligados a adquirir tomate de Chile, ya que era la única opción madura disponible, pero el costo del cajón ascendió a 70.000 pesos, mientras que los locales habituales ofrecían a 50.000 pesos", explicaron. Según fuentes consultadas, en situaciones como estas es común importar mercancía de países vecinos como Chile e incluso Brasil. En algunos puntos de venta, el tomate cherry se comercializa a casi 9000 pesos por kilo.
En esta época del año, se produce un cambio en el suministro de tomates: la producción de Buenos Aires disminuye y comienza a llegar la del norte. Esta transición suele generar un vacío en el mercado, exacerbado este año por las inusuales bajas temperaturas en la región norte, lo que ha provocado retrasos en la producción y escasez de oferta. Además, se ha registrado una disminución en la calidad del producto.
En este contexto, operadores del Mercado Central de Buenos Aires han explicado a LA NACION que estamos en un período de rotación de la producción. A medida que termina la producción en Buenos Aires, comienza a ingresar la del norte y algo de Mendoza. Este cambio de origen conlleva desajustes de precios, sumados a los costos logísticos, dado que no es lo mismo transportar tomates del norte que de Buenos Aires. Este año, los retrasos en la llegada de la producción se deben a las heladas y las bajas temperaturas, lo que ha afectado el proceso de maduración y, en consecuencia, la calidad y la oferta del producto. Para cubrir la demanda, se está importando producción de Chile y Brasil, aunque no se han proporcionado cifras precisas sobre los volúmenes importados.
Según los datos del Mercado Central, el precio mayorista del tomate redondo grande oscila entre $52.000 y $55.000 por cajón de 18 kilos, dependiendo de la zona de procedencia, mientras que hace dos semanas estaba entre $20.000 y $22.000. Según el Indec, en abril pasado, el precio al consumidor fue de $2171 por kilo. En las verdulerías, actualmente se encuentra entre $5000 y $7000 por kilo.
Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación Frutihortícola de General Pueyrredón, señaló que la situación se agrava debido a las bajas temperaturas, que están afectando el desarrollo de los cultivos en Salta, la siguiente región proveedora después de Buenos Aires. Esto podría retrasar aún más la llegada de esa producción, exacerbando la escasez y los precios elevados.
Velimirovich destacó que, para evitar estas situaciones o al menos mitigar su impacto, se necesitan inversiones que permitan extender los ciclos productivos. Sin embargo, lamentó que esto sea prácticamente imposible para los productores debido a los bajos precios de venta y los altos costos de los insumos, muchos de los cuales están dolarizados, lo que está afectando su capitalización.