Por Agroempresario.com
Aunque el poder adquisitivo del cereal ha disminuido drásticamente desde diciembre, mejoras en la relación insumo-producto sugieren un panorama optimista
Durante el primer semestre de 2024, las exportaciones del cereal han registrado mínimos históricos en relación con los suministros disponibles, mientras que la comercialización interna muestra un estancamiento preocupante. Esta situación ha generado presión sobre la industria molinera, que busca dinamizar el mercado local y enfrentar la competencia internacional.
La situación externa también presenta desafíos, con una concentración creciente de las exportaciones hacia Brasil debido a la entrada de la nueva cosecha del hemisferio norte. Este panorama dificulta la competencia en destinos más lejanos y afecta el volumen total de exportaciones argentinas.
A pesar de los obstáculos actuales, hay señales alentadoras para la campaña 2024/25. Los productores están enfocados en la siembra y el desarrollo del cultivo, aprovechando condiciones favorables como la moderación de los efectos de La Niña y una relación insumo-producto que promete mejoras respecto a años anteriores.
Los precios del trigo, aunque volátiles, han mostrado tendencias alcistas significativas, especialmente durante mayo y junio, impulsando ventas anticipadas y generando expectativas positivas para una posible recuperación del mercado externo en los próximos meses.
La industria se prepara para un ciclo desafiante pero prometedor, con un aumento en el área sembrada en la región núcleo y un renovado interés en las prácticas agronómicas sostenibles. Sin embargo, la incertidumbre económica y las políticas regulatorias seguirán siendo factores críticos que influirán en las estrategias de comercialización y en las perspectivas a largo plazo del sector agrícola argentino.