Por Agroempresario.com
En la Pampa del Leoncito, ubicada en San Juan, las noches son un espectáculo. Bajo uno de los cielos más diáfanos del mundo y la imponente Cordillera de los Andes, conocida aquí como Ansilta, se despliega un panorama estelar sin igual. Con 300 noches despejadas al año, esta vasta extensión de 26,000 km² alberga "Los Domos del Silencio", tres estructuras únicas situadas a 300 metros de distancia entre sí, donde la tranquilidad y la pureza del entorno son las protagonistas. "Soy el protector del silencio", afirma con orgullo Sebastián Marasco, el visionario detrás de este proyecto.
"Los Domos del Silencio" es más que un nombre; es una filosofía de vida. Emplazados en una reserva natural frente a la Pampa del Leoncito, estos domos ofrecen una experiencia inmersiva sin precedentes, libre de contaminación lumínica y auditiva. Marasco insiste en que tanto el cielo como el silencio son patrimonios de la humanidad que debemos proteger. La propuesta es simple: una conexión íntima con la naturaleza, sin interferencias modernas como el wifi o la señal telefónica. Las luces en el interior de los domos son cálidas y focalizadas, minimizando su impacto en la visión nocturna.
La experiencia de contemplar el cielo desde Los Domos del Silencio es única. Según Marasco, el ojo humano tarda unos 30 minutos en adaptarse completamente a la oscuridad, recuperando su capacidad de visión nocturna natural. "Volver a lo primitivo, la mejor versión nuestra es la antigua", comenta, enfatizando que, a pesar del confort de los domos, el verdadero lujo radica en la simplicidad y la conexión con el entorno.
Los visitantes de Los Domos del Silencio también disfrutan de una gastronomía basada en el concepto de kilómetro cero, con productos locales del Valle de Calingasta y Barreal. Nancy y Adriana Salas, residentes del parque desde antes de su declaración como área protegida, preparan menús con ingredientes frescos y locales, reforzando la sostenibilidad y la economía local.
La ubicación de Los Domos del Silencio, en las inmediaciones del Parque Nacional El Leoncito y su complejo astronómico, garantiza noches perfectas para el astroturismo. La transparencia del aire, la diafanidad y la ausencia de luz artificial crean condiciones ideales para la observación estelar. Este compromiso con la oscuridad nocturna está respaldado por asociaciones internacionales como la Fundación Starlight y la International Dark Sky Association.
En la región, la ley provincial 345-L protege el cielo nocturno, prohibiendo la generación de luz artificial en un radio de 15 km alrededor de los observatorios. Esta regulación asegura que la magia del cielo estrellado permanezca intacta, permitiendo a los visitantes experimentar la inmensidad del universo en su forma más pura.
Los Domos del Silencio no solo ofrecen una experiencia turística, sino también una reconexión con la naturaleza y con una parte de nosotros mismos que a menudo olvidamos en el ajetreo de la vida moderna. Como concluye Marasco, "El lugar es mágico". La Pampa del Leoncito, con su silencio absoluto y cielos diáfanos, es un recordatorio de la belleza y la serenidad que podemos encontrar en la simplicidad y en nuestra conexión primitiva con el mundo natural.