Por Agroempresario.com
La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) se fundó hace más de 35 años con el objetivo de promover la siembra directa, una técnica que evita la labranza del suelo y reduce la erosión. Según Marcelo Torres, actual presidente de Aapresid, esta práctica es una prueba de la sustentabilidad inherente del campo argentino y una gran oportunidad en el contexto actual donde se demanda una producción más amigable con el medio ambiente debido a los efectos del cambio climático.
Durante su discurso en el auditorio Nueva Amarok, en el predio ferial de La Rural de Palermo, Torres afirmó: “Podemos y debemos ser líderes globales en la oferta de alimentos y energía con baja huella ambiental”. Resaltó que el campo argentino es un referente en producción agropecuaria sustentable y moderna, impulsado por productores innovadores y apoyados por la ciencia.
Torres recordó que, además de la siembra directa, Aapresid ha promovido prácticas como la rotación de cultivos y la siembra de cultivos de servicio para mantener los suelos “siempre vivos y siempre verdes”. Subrayó que los productores de Aapresid llevan décadas desarrollando conocimientos y soluciones para aumentar la producción de alimentos y energía renovable con un menor impacto ambiental.
Argentina se destaca en liderazgo en sustentabilidad gracias a la siembra directa, la ganadería basada en pasturas y la innovación tecnológica. Torres enfatizó la necesidad de avanzar con la transformación de los paradigmas productivos del agro, adoptando enfoques modernos como la agricultura regenerativa.
Aunque evitó profundizar en temas políticos, Torres pidió al Gobierno señales concretas para liberar el potencial del campo argentino. Mencionó la necesidad de orientar las cadenas de valor hacia la bioeconomía y aprovechar oportunidades como la producción de biocombustibles a partir de cultivos locales.
Torres también destacó la importancia de superar falsas dicotomías entre productividad y regeneración, argumentando que es posible maximizar la producción y regenerar los suelos simultáneamente. Concluyó que muchos productores ya implementan prácticas que mejoran el rendimiento, son eficientes en el uso del agua, potencian la biodiversidad y capturan carbono.