Por Agroempresario.com
En una reciente nota publicada en La Nación, la preocupación por la chicharrita se destaca como un tema crucial para los productores de maíz de cara a la próxima temporada de siembra. Esta inquietud fue palpable en el Congreso de Aapresid, donde la sala se llenó de asistentes interesados en conocer más sobre esta enfermedad que afecta al cultivo de maíz. Federico Vartorelli, representante de Bayer Crop Science, ofreció una exposición exhaustiva sobre la situación actual y las estrategias para enfrentar el problema, en un evento que reunió a 7500 participantes el primer día, según los organizadores.
Vartorelli, quien cuenta con 11 años de experiencia en la investigación del spiroplasma, recordó el primer gran impacto de la enfermedad en Brasil en 2015, calificándolo como un “desafío inesperado”. Destacó la importancia de abordar el problema desde tres frentes: comprender la enfermedad, entender el entorno y desarrollar material genético resistente. Explicó que la proximidad a focos de la enfermedad y las temperaturas mínimas elevadas han sido factores clave en la propagación del spiroplasma, que se ha extendido a una amplia región que incluye tanto a Argentina como a Brasil.
Las compañías están adoptando varias estrategias para enfrentar estos desafíos. Primero, están desarrollando modelos de simulación para comprender la dinámica y probabilidad de la enfermedad. Segundo, realizan análisis del impacto en el rendimiento del maíz, utilizando modelos epidemiológicos para seleccionar genética que minimice las pérdidas. Finalmente, están incrementando el uso de insecticidas y explorando alternativas químicas en ensayos de investigación.
Vartorelli hizo un llamado a los productores y técnicos para que identifiquen el material genético más adecuado para su región, con mayor resistencia a la enfermedad. Además, recomendó ajustar prácticas agrícolas, como las fechas de siembra y el manejo del maíz guacho, para reducir el impacto del spiroplasma. También subrayó la importancia de aplicar tecnología al cultivo para mejorar su resiliencia.
El análisis conjunto realizado con Aapresid, Aacrea y varias universidades, incluyendo el INTA, reveló que factores macroeconómicos, políticas impositivas y retenciones juegan un papel crucial en la elección de cultivos. Según Vartorelli, un retorno a la inversión desfavorable limita el uso de tecnología y, por ende, afecta el rendimiento y la susceptibilidad del cultivo a la enfermedad.
Este informe, basado en una nota publicada en La Nación, subraya la urgencia de enfrentar el problema de la chicharrita con un enfoque integral y coordinado, tanto desde el punto de vista científico como práctico. La batalla contra esta enfermedad es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrenta la agricultura en la región.