Di Tella expresó que el sistema de precios ha estado en funcionamiento durante varios años y es un buen momento para evaluarlo, reconociendo críticas tanto justas como injustas.
El sistema SIGLEA se describe como un «sistema estadístico de información» que los productores utilizan para fijar precios debido a la falta de otras herramientas adecuadas.
«En un contexto inflacionario, los ajustes de precios se vuelven significativos; con una inflación mensual del 15-20%, las pequeñas diferencias se amplifican. Los tamberos demandan conocer el precio al inicio del mes, lo cual es razonable, pero esto puede resultar contradictorio si los precios fluctúan significativamente», explica Di Tella.
Según Di Tella existe una contradicción en las demandas de los tamberos: «Por un lado quieren estabilidad en los precios, pero también reclaman por aumentos cuando estos son más altos. La producción láctea ha enfrentado tres años difíciles, lo que ha llevado a una caída en la producción y a la necesidad de ajustar los precios según la paridad de exportación», subraya.
Se observa que los productos lácteos han aumentado más que la inflación general durante varios meses consecutivos, lo cual plantea preocupaciones sobre el poder adquisitivo del consumidor. El miembro de Apymel considera que es importante ser conscientes del mercado interno firme dispuesto a pagar precios casi internacionales sin abusar de esta situación.
Di Tella sostiene que hay una gran dispersión en los precios: “algunos lugares tienen precios mucho más altos debido a la oferta y demanda local”. La tecnología permite que los consumidores estén informados sobre precios bajos rápidamente, lo que afecta cómo se establecen los precios entre competidores.
Se discute cómo las retenciones altas pueden afectar el mercado; aunque actualmente no hay retención para lácteos, otros insumos siguen teniendo restricciones…
Más reflexiones desde la mirada de Di Tella en la entrevista completa:
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