Por Agroempresario.com
El aceite de oliva, pilar de la dieta mediterránea, no solo es apreciado por su sabor, sino también por sus destacadas propiedades saludables. Reconocido por muchos como el aceite más beneficioso para la longevidad, su correcta conservación es crucial para mantener sus propiedades intactas. Aquí te presentamos cómo almacenarlo adecuadamente y aprovechar al máximo sus beneficios.
Para preservar la calidad del aceite de oliva, es esencial almacenarlo en un lugar con temperatura constante, preferiblemente entre 14 y 21 grados Celsius. Un armario fresco y oscuro es el sitio ideal. Evita guardar el aceite cerca de fuentes de calor, como estufas, o en lugares expuestos a la luz directa, ya que estas condiciones pueden acelerar la oxidación del aceite.
El envase también juega un papel crucial. Los recipientes de vidrio oscuro, cerámica o acero inoxidable son los más recomendables, ya que protegen contra la luz y no transfieren sabores indeseados. Además, es vital mantener siempre la tapa puesta para minimizar el contacto con el aire, lo cual puede acelerar el proceso de deterioro.
Para disfrutar de los máximos beneficios, es recomendable consumir el aceite de oliva dentro de los 18 meses posteriores a su recolección. En este periodo, los niveles de polifenoles y otros nutrientes beneficiosos están en su punto más alto. Después de este tiempo, muchos de estos compuestos pueden disminuir considerablemente.
Al comprar aceite, opta por adquirir solo la cantidad que piensas utilizar en un par de meses y elige comercios donde las botellas estén protegidas de la luz intensa y el calor.
El aceite de oliva no solo enriquece nuestra dieta con sabor, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para la salud. Con una correcta conservación y un consumo oportuno, puedes maximizar sus propiedades y contribuir a una vida más saludable.