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Por Agroempresario.com
Las lluvias recientes en Argentina, como preveían los pronósticos, trajeron alivio en el Noreste Argentino (NEA), mientras que en la región agrícola central, las precipitaciones fueron insuficientes para satisfacer las necesidades hídricas de los cultivos. Este desequilibrio pluviométrico genera preocupación entre los productores, especialmente por el impacto potencial en los cultivos de invierno y la próxima siembra de granos gruesos.
En el NEA, las lluvias fueron particularmente generosas, con registros que oscilaron entre 67 y 100 milímetros en localidades del noreste de Santa Fe como Florencia, Las Toscas y Villa Ocampo. En el litoral correntino y el este de Chaco, las precipitaciones también fueron significativas, destacándose los 78 milímetros en La Corona de San Roque, Corrientes.
Por el contrario, en la región agrícola central, que abarca partes de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, las lluvias fueron mucho más escasas. En áreas clave para la producción agrícola, como Pergamino en Buenos Aires, los acumulados fueron de apenas 5,4 milímetros, mientras que en General Villegas se registraron solo 4 milímetros.
En Bigand, al sur de Santa Fe, y en Durazno, Entre Ríos, las lluvias alcanzaron los 18 milímetros, un volumen que, aunque superior al de otras zonas, sigue siendo insuficiente para revertir el déficit hídrico que afecta a la región. Espartillar, en la provincia de Buenos Aires, también registró 18 milímetros, mientras que en otras localidades bonaerenses los acumulados fueron aún menores.
El déficit de lluvias en la región núcleo agrícola es especialmente preocupante para los productores de trigo y arveja, cuyos cultivos se encuentran en una etapa crítica de desarrollo. La falta de agua podría reducir significativamente los rendimientos, afectando la rentabilidad de la cosecha. Los productores esperaban que las lluvias de esta semana pudieran revertir la situación, pero los acumulados fueron insuficientes para cubrir las necesidades de los cultivos.
La Bolsa de Comercio de Rosario reportó bajos niveles de precipitaciones en distintas localidades de la región núcleo. En Rosario, las lluvias apenas alcanzaron los 2 milímetros, en Rufino solo se midieron 1,4 milímetros, y en Junín, 3,6 milímetros. Este patrón se repitió en otros puntos críticos, como Guatimozín y Maggiolo, donde los registros no superaron los 3 milímetros.
En la provincia de Córdoba, las lluvias también fueron dispares, con Sierras Chicas liderando los registros con 12,1 milímetros, mientras que en Río Cuarto apenas se midieron 4,6 milímetros. Esta distribución desigual de las lluvias deja a gran parte de la región agrícola central en una situación de incertidumbre, ya que los cultivos necesitan más agua para asegurar un buen desarrollo.
En resumen, mientras que las lluvias recientes trajeron algo de alivio en el NEA, la región agrícola central sigue enfrentando un desafío significativo debido a la escasez de precipitaciones. Los productores deberán monitorear de cerca las condiciones meteorológicas en las próximas semanas, ya que el éxito de la próxima cosecha dependerá en gran medida de la disponibilidad de agua en este período crucial.
