Por Agroempresario.com
En septiembre de 2024, las exportaciones agroindustriales de Argentina alcanzaron un nuevo hito al liquidar US$2.300 millones, lo que representa un incremento interanual del 35%. Sin embargo, este resultado marca una leve caída del 4% en comparación con el mes anterior, agosto, cuando el sector registró un ingreso excepcional de US$2.451 millones.
Según datos proporcionados por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), estas cifras reflejan una dinámica de mercado influenciada por varios factores, incluyendo el régimen de dólar exportador, las condiciones climáticas, y la evolución de los precios internacionales. Estas entidades, que representan el 48% de las exportaciones argentinas, destacan que la suba interanual es un indicador positivo del desempeño del sector, a pesar de las fluctuaciones mensuales.
El acumulado de los primeros nueve meses de 2024 asciende a US$18.391 millones, lo que significa un incremento del 8.7% respecto al mismo período del año anterior. Este aumento se debe, en parte, a una mejora en los precios internacionales de granos y oleaginosas, y a un ritmo de cosecha más dinámico, aunque condicionado por la variabilidad climática y las plagas que afectaron a los principales cultivos, como maíz y soja.
El desempeño del sector agroindustrial en septiembre estuvo condicionado por un conjunto de variables. En primer lugar, el tipo de cambio favorable bajo el régimen del dólar exportador ha permitido que los productores obtengan mejores precios por sus granos. Sin embargo, las ventas se han visto moderadas debido a la cautela frente a las condiciones del mercado, especialmente por la incertidumbre climática y la fluctuación de los precios internacionales.
Además, la relación entre los costos de insumos y el valor de los granos ha jugado un papel crucial en la toma de decisiones de los productores. La capacidad ociosa del complejo industrial, con un 70% en el caso de la molienda de soja, sigue siendo un desafío que limita el potencial de crecimiento en la exportación de productos procesados.
La exportación de granos y derivados continúa siendo un pilar fundamental de la economía argentina. En 2023, el complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel, representó el 50,1% de las exportaciones totales del país, según datos del INDEC. La harina de soja, el principal producto de exportación, contribuyó con el 12% del total, seguida por el maíz (11%) y el aceite de soja (6,9%).
La entrada de divisas generada por estas exportaciones es vital para la economía, no solo porque sostiene la balanza comercial, sino porque también proporciona liquidez al mercado interno, permitiendo a los productores reinvertir en la próxima campaña. La liquidación de divisas se realiza generalmente con antelación a la exportación efectiva, lo que garantiza un flujo continuo de ingresos.
A pesar de los buenos resultados en términos de liquidación de divisas, el sector enfrenta varios desafíos. Entre ellos, la volatilidad de los precios internacionales, la variabilidad climática, y la creciente competencia en los mercados internacionales. Sin embargo, el fortalecimiento de la capacidad exportadora y la adaptación a nuevas tecnologías y prácticas sostenibles ofrecen oportunidades significativas para el futuro.
El sector agroindustrial argentino continúa mostrando un desempeño robusto, a pesar de las fluctuaciones mensuales. El crecimiento sostenido en la liquidación de divisas es un reflejo de la resiliencia y adaptabilidad de los productores, quienes, a pesar de los desafíos, siguen contribuyendo de manera decisiva al desarrollo económico del país.