Crisis en la ganadería: atraso cambiario y aumento de costos desafían al sector

Por Agroempresario.com

La ganadería argentina, emblemática a nivel mundial por la calidad de su carne, enfrenta un escenario desafiante. A pesar de su histórico papel en la economía nacional y su renombre global, el sector se encuentra en un estancamiento prolongado. La combinación de un atraso cambiario con nuevos costos está ejerciendo una presión considerable sobre la rentabilidad de la industria ganadera.

Históricamente, la carne vacuna ha sido un pilar económico en Argentina. Desde los tiempos de los saladeros y el tasajo, hasta el auge de las exportaciones con los buques frigoríficos a fines del siglo XIX, el sector ganadero se consolidó como una parte fundamental de la economía nacional. Sin embargo, a pesar de su potencial y la calidad de sus productos, la ganadería argentina ha mostrado signos de estancamiento durante más de 25 años.

Comparado con países vecinos, que han superado a Argentina en términos de exportaciones y avances sanitarios, la situación es preocupante. Por ejemplo, Brasil, con un rodeo de más de 220 millones de cabezas, ha experimentado un crecimiento notable, mientras que Argentina enfrenta desafíos significativos.

Las razones detrás de esta caída son diversas. Los gobiernos, tanto democráticos como militares, han intervenido en el mercado de la carne vacuna con controles de precios, vedas y restricciones a las exportaciones. Estas políticas han creado un entorno adverso para el crecimiento del sector. Además, problemas sanitarios y la falta de soluciones adecuadas han contribuido a limitar la producción.

El sector privado también ha jugado un papel en este estancamiento. El rechazo a la Ley Federal de Carnes y las irregularidades fiscales en diferentes eslabones de la cadena han obstaculizado el progreso. La caída en el stock ganadero, que en diciembre pasado alcanzó 52,78 millones de cabezas, refleja esta tendencia. El número actual es inferior al de hace 25 años, y la caída más pronunciada ocurrió entre 2007 y 2011.

La situación actual del mercado es igualmente desalentadora. Argentina enfrenta dificultades para exportar carne debido a la baja disponibilidad y los altos costos de producción. A pesar de la disminución del consumo interno, que ha reducido la oferta, el país sigue sin aprovechar completamente las oportunidades en mercados internacionales, como la Cuota Hilton de altos precios.

Aunque se han implementado algunas medidas, como la reducción del Impuesto PAIS y la eliminación de retenciones para ciertas categorías de carne, estas acciones han sido insuficientes para revertir la tendencia negativa. El atraso cambiario y el aumento de costos de producción continúan siendo problemas importantes.

La industria ganadera también enfrenta desafíos adicionales, como el costo elevado de las vacunas antiaftosa y la incertidumbre en torno a las importaciones. La reciente exigencia de la Unión Europea de certificar la carne como "libre de deforestación" ha generado malestar entre los ganaderos, y la identificación del rodeo con caravanas electrónicas ha sumado costos adicionales.

Sin un plan coherente y sin cambios significativos en la política pública y privada, el futuro de la ganadería argentina sigue siendo incierto. La falta de un enfoque integral y la falta de adaptación a las nuevas realidades del mercado global contribuyen a la difícil situación del sector. En resumen, para recuperar el liderazgo perdido, Argentina deberá enfrentar estos desafíos con decisiones estratégicas y políticas efectivas.