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Por Agroempresario.com
En el corazón de Balcarce, donde se entrelazan historia y sabor, "El Cruce" ha dejado una huella imborrable en el ámbito gastronómico argentino. Fundado en 1937, este emblemático comedor ha ganado notoriedad por su monumental sándwich de jamón crudo y queso, un verdadero titán culinario que no solo alimenta, sino que también narra la rica historia de la ciudad y su gente. En una entrevista exclusiva con La Nación, Mabel Di Santis y Daniel Rivera, custodios de esta tradición familiar, comparten la esencia detrás de este fenómeno gastronómico.
"Es sagrado", afirma Mabel Di Santis con orgullo, refiriéndose al colosal sándwich que, con más de medio metro de longitud y un kilo de fiambre, ha capturado la atención de miles de viajeros que pasan por la intersección de las rutas 226 y 55. Desde su apertura en 1937, "El Cruce" no solo se ha convertido en un símbolo de Balcarce, conocida por ser la cuna del piloto Juan Manuel Fangio, sino que también ha sido un testigo silencioso de la evolución de la ciudad.
La historia de "El Cruce" comienza con los abuelos de Mabel, quienes identificaron el potencial de este cruce de caminos en los años 30. Su visión de atraer a los viajeros con una oferta simple pero contundente fue el germen de lo que hoy es una institución. Daniel Rivera, esposo de Mabel y socio en esta empresa familiar, recuerda cómo los primeros sándwiches, cortados a mano antes de la llegada de las máquinas, fueron recibidos con entusiasmo por los picapedreros y trabajadores de la zona.
A lo largo de los años, el comedor ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia. La reubicación en 1969, cuando la ruta 226 fue asfaltada, no impidió que "El Cruce" siguiera ofreciendo su legendario sándwich. A pesar de las fluctuaciones en el transporte y el paso del tiempo, el lugar ha mantenido su compromiso de servir a sus clientes con una calidad inigualable.
El sándwich de jamón crudo y queso de "El Cruce" es mucho más que una simple comida; es una experiencia. Con medio kilo de queso y medio kilo de jamón crudo, el sándwich se presenta en una pieza de pan de cincuenta centímetros, fresco y horneado localmente. Su tamaño imponente y su calidad han convertido al sándwich en una especie de rito para quienes atraviesan Balcarce. "La gente queda asombrada, no sabe si mirar el sándwich o la vista panorámica desde el comedor", comenta Rivera.
"El Cruce" no solo es famoso por su sándwich, sino que también ofrece una variedad de productos que complementan su oferta. Desde jamón cocido hasta matambre casero, el comedor ha logrado mantenerse relevante y querido por una amplia gama de clientes, incluidos los viajeros que buscan una experiencia auténtica en sus trayectos.
La presencia de Juan Manuel Fangio en Balcarce y la famosa gastronomía local, que incluye el célebre postre homónimo, añaden al atractivo de la localidad. "El Cruce" se ha convertido en un símbolo de la identidad gastronómica de Balcarce, y la reverencia que genera su sándwich de jamón crudo y queso es un testimonio del impacto que ha tenido en generaciones de comensales.
La historia de "El Cruce" es una historia de pasión, tradición y un amor por la buena comida que ha resistido la prueba del tiempo. Mabel Di Santis y Daniel Rivera, junto con su hijo Ignacio, continúan la herencia familiar con el mismo entusiasmo y dedicación que sus abuelos. En un mundo de cambios constantes, "El Cruce" se mantiene firme como un bastión de la cultura gastronómica argentina, ofreciendo a cada visitante no solo un sándwich, sino una parte de la historia de Balcarce
