La Liebre: tradición familiar y reconocimiento internacional en el mundo del queso

Por Agroempresario.com

La historia del campo La Liebre, ubicado en Las Heras, es un fascinante viaje de tradición familiar y modernización en la producción láctea. "Mi abuelo vino al país escapando de la Segunda Guerra Mundial. Traía un capital con el cual en 1938 compró el campo La Liebre", recuerda Fernando von Neuforge en una reciente entrevista publicada en La Nación. Este campo de 450 hectáreas, que alberga una casa colonial de 1870 y un parque diseñado por Carlos Thays, ha experimentado transformaciones significativas a lo largo de los años.

Con el tiempo, La Liebre ha evolucionado desde sus inicios con vacas Shorton que producían apenas seis litros de leche al día, hasta convertirse en un referente en la producción láctea argentina. En la actualidad, el tambo cuenta con más de 300 vacas en ordeño, gracias a un proceso de modernización que ha incluido el paso de tambos manuales a mecánicos.

Fernando destaca la importancia de la mejora genética en la producción lechera. "El tambo ha seguido evolucionando, y en la década del 70 se implementaron nuevas técnicas que mejoraron la calidad y cantidad de leche", comenta. Además, el interés por el mejoramiento genético ha sido una constante en la familia, facilitando un salto cualitativo en la producción.

La producción de quesos es uno de los pilares de La Liebre. Tras varias etapas, la fábrica actual se ha especializado en quesos gourmet, como burrata, mascarpone y otros untables, que han obtenido reconocimiento a nivel nacional e internacional. Recientemente, Fernando y su equipo participaron en la exposición Cincho en España, donde compitieron con 11 empresas españolas y tres italianas. "Obtuve el máximo galardón, el Oro, luego de pasar por varios jurados y filtros sensorial, visual y físico-químico", destaca con orgullo.

Esta distinción no solo pone de relieve la calidad de los productos de La Liebre, sino que también refleja el compromiso de la familia von Neuforge con la excelencia y la innovación. "Nos inclinamos por productos franceses al principio, pero con el tiempo nos adaptamos al mercado, logrando un nivel de calidad que hoy es reconocido internacionalmente", añade Fernando.

En resumen, el campo La Liebre es un ejemplo inspirador de cómo la tradición puede coexistir con la modernidad, convirtiendo la pasión por la producción láctea en un legado familiar que sigue creciendo y alcanzando nuevas alturas en el competitivo mundo del queso gourmet.