Por Agroempresario.com
El último informe del mercado ganadero de Rosario (Rosgan) revela una realidad compleja para la industria de la carne en Argentina. Aunque la oferta de hacienda ha disminuido, la demanda ha encontrado un techo en los precios debido a la caída del poder adquisitivo de los consumidores.
En lo que respeta a la invernada, el precio promedio del ternero en el reciente remate fue de $2.561,26, marcando un incremento nominal del 3,3% en comparación con agosto. Sin embargo, esta mejora es muy inferior a la inflación general, que se espera sea “ligeramente superior” en el mismo período. A pesar de que el precio del ternero se ha incrementado un 190% en los últimos 12 meses, este aumento queda atrás del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), que alcanzó un 205%, creando una brecha cercana al 15%.
Desde el lado de la oferta, la cantidad de terneros en el mercado ha comenzado a disminuir significativamente. Según los datos reportados al 31 de diciembre del año pasado, había 14,7 millones de terneros, unos 450.000 menos que en 2023. A pesar de esta restricción, los precios actuales no parecen reflejar una real escasez de oferta.
Los precios del “gordo” también muestran una tendencia negativa. En agosto, el promedio para la categoría novillitos se situó en $2.053,47, con una leve caída a $1.983,90 en septiembre, lo que representa un descenso del 3,4%. Esta situación ha llevado a que, en los últimos 12 meses, el precio del gordo muestre un aumento del 176,1%, pero con una brecha de más del 45% en relación al IPIM.
La faena de animales también se ha visto afectada, con un descenso del 8,6% en comparación con el año anterior, resultando en una producción de carne disponible inferior para el mercado local y exportación.
A pesar de la disminución en la oferta, los precios de la carne al consumidor han quedado rezagados frente a la inflación. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), durante agosto, los precios de los cortes de carne en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) aumentaron solo un 1,2%, mientras que el IPC general fue del 4 ,2%.
El informe destaca que la evolución de los salarios también ha contribuido a esta problemática. Hasta junio de 2024, el incremento interanual de los salarios fue del 216,3%, inferior al IPC que alcanzó el 271,5%. Esto se traduce en un poder adquisitivo reducido para los consumidores locales, limitando su capacidad de compra y, por ende, estableciendo un techo en los precios de la hacienda en pie.
La situación actual pone de manifiesto la necesidad de estrategias que aseguren un equilibrio entre oferta y demanda en el mercado de la carne, así como la importancia de políticas que mejoren el poder adquisitivo de los argentinos.