Por Agroempresario.com
La búsqueda de recursos eficientes y sostenibles en la alimentación animal ha llevado a un creciente interés en el uso de subproductos agrícolas. En un reciente artículo de opinión publicado en La Nación, Aníbal Fernández Mayer, doctor en Ciencias Veterinarias y director Ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos, expone el gran potencial que tienen los subproductos del maní y del cacao para mejorar la producción de carne y leche en la ganadería.
Fernández Mayer destaca que la harina de maní, derivada de la extracción de aceite, posee un alto contenido proteico, entre el 50 y el 54%, y una digestibilidad superior al 77%. Según el experto, "este subproducto no solo es rico en proteínas, sino que también es altamente palatable, lo que lo convierte en un suplemento ideal para animales de alta producción". Sin embargo, señala que su uso se ve limitado en algunas regiones debido a problemas de costos, especialmente en áreas alejadas de las industrias de extracción de aceite.
Por otro lado, el autor también menciona que la harina de maní, aunque menos energética que la harina de soja, tiene un menor nivel de proteína indegradable en el rumen. Esto significa que su inclusión en la dieta de rumiantes puede ser beneficiosa, sobre todo cuando se combina con otros suplementos de menor degradabilidad ruminal. "La clave está en la combinación de diferentes recursos", explica Fernández Mayer, quien enfatiza la importancia de aprovechar los recursos disponibles en cada región.
En contraste, la cáscara de cacao, un subproducto de la industria del chocolate, presenta características nutricionales diferentes. Con un bajo contenido energético y un nivel de proteína bruta entre el 15 y el 17%, se recomienda que su inclusión en la dieta de bovinos no supere el 25%. "Superar este umbral puede tener efectos negativos en la salud del animal, como la diuresis", advierte el especialista.
Fernández Mayer también destaca que la cascarilla de cacao es rica en minerales y pectinas, lo que puede complementar adecuadamente las dietas de rumiantes, siempre que se utilice en las proporciones adecuadas. "La nutrición animal no solo se basa en la cantidad de nutrientes, sino también en su calidad y digestibilidad", concluye.
La integración de estos subproductos en la alimentación animal no solo podría mejorar la rentabilidad de la producción ganadera, sino también contribuir a una agricultura más sostenible. Con la voz de expertos como Aníbal Fernández Mayer, queda claro que el futuro de la nutrición animal se encuentra en la innovación y la adaptación de los recursos locales.