El Corralón: donde la gastronomía y la fama se encuentran

Por Agroempresario.com

El Corralón, una parrilla de barrio ubicada en Balvanera, ha trascendido más allá de su propuesta gastronómica para convertirse en un símbolo de la cultura argentina, un lugar donde artistas, deportistas y figuras políticas se entrelazan en un ambiente de camaradería. Fundada hace 31 años por Guillermo Miguel, esta parrilla ha sido el punto de encuentro de numerosas celebridades, ofreciendo un menú que combina el sabor con la tradición, todo mientras guarda la esencia de una reunión familiar.

En una reciente entrevista con *La Nación*, Carolina Miguel, hija de Guillermo, compartió detalles sobre la historia de El Corralón y su evolución a lo largo de los años. “Esto es un popurrí, como La Biblia y el Calefón. En una mesa tenés a Ricky Maravilla y en otra a un premio Nobel”, describe Carolina, quien tomó las riendas del lugar hace dos años, manteniendo vivo el legado de su padre.

El restaurante ha sido reconocido como "el restaurante de los famosos", un título que se ha ganado por su capacidad para atraer a figuras de renombre. La decoración del lugar cuenta con una estatua de Rodrigo Bueno en la entrada, junto a un altar en su honor, y fotografías de las numerosas celebridades que han pasado por sus mesas, desde Mirtha Legrand hasta Diego Maradona.

Las paredes del local, que una vez fueron suficientes para exhibir recuerdos de su clientela famosa, ahora se han visto superadas por la cantidad de firmas de artistas en las sillas. “Los personajes firman las sillas, como se lee que hicieron Nito Artaza, Pimpinela, Sergio Denis”, comenta Carolina, refiriéndose a los memorables momentos que han hecho de El Corralón un lugar único.

La magia del lugar también radica en la amistad que Guillermo Miguel entabló con figuras como Maradona y Rodrigo Bueno. Carolina recuerda una anécdota especial en la que Maradona desafiaba a un cliente a hacer jueguitos con un pocillo de café, mostrando el ambiente distendido y familiar que reina en la parrilla.

El éxito de El Corralón no llegó por azar; desde su apertura, el boca a boca entre las celebridades hizo que se convirtiera en un punto de referencia. “Los artistas salían del teatro a la una de la madrugada y el único que los esperaba para comer era mi viejo, muy amigo de Moria, de Marixa”, recuerda Carolina, quien también resalta que el restaurante se enfocó en las cenas, ya que era en ese horario cuando la gente disfrutaba más de la sobremesa.

Entre los platos más destacados se encuentran el asado, las ensaladas que llevan el nombre de los famosos y un flan que honra a Julián Weich, quien sugirió que lo incluyeran en la carta con su nombre. “A partir de ahora, ponelo en la carta y que se llame como yo”, recordó Carolina, citando el toque especial que la historia del restaurante brinda a cada plato.

A pesar de los desafíos que la pandemia impuso, El Corralón ha logrado mantener su esencia y su legado vivo, un lugar donde no solo se sirven comidas, sino que se crean recuerdos imborrables. “Hoy, quiero que mi papá vea que todo volvió a la normalidad”, concluye Carolina, mientras continúa el trabajo de su padre y el legado que representa El Corralón en la cultura argentina.