Por Agroempresario.com
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) han informado que durante septiembre, las empresas del sector oleaginoso-cerealero liquidaron un total de u$s2.480 millones. Esta cifra representa un aumento del 21% en comparación con el mismo mes de 2023 y un incremento del 1.2% respecto a agosto de 2024. A lo largo de los primeros nueve meses del año, la liquidación de divisas creció un 11% en relación al período anterior.
El aumento en las liquidaciones de septiembre se atribuye a diversos factores, entre ellos, el régimen del dólar blend, los precios internacionales, y el impacto del clima y las plagas sobre la cosecha de maíz y soja. Sin embargo, a pesar de este crecimiento, el sector enfrenta importantes desafíos. La industria aceitera y la exportación de granos operan con altos niveles de capacidad ociosa y continúan sufriendo márgenes negativos.
Como se menciona en un comunicado oficial, "en este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas", debido a que la liquidación de divisas depende de múltiples factores externos, como las oscilaciones en los precios internacionales, la oferta, el volumen y el valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, conflictos laborales, y cambios regulatorios.
El complejo oleaginoso-cerealero, que incluye el biodiésel y sus derivados, constituyó el 50.1% del total de las exportaciones argentinas en 2023, según datos del INDEC. La harina de soja se mantiene como el principal producto de exportación del país, representando el 12% del total. Este subproducto industrializado se genera en un complejo agroindustrial que actualmente enfrenta una capacidad ociosa cercana al 70%. El segundo producto más exportado es el maíz, con un 11%, seguido por el aceite de soja, que representa el 6.9%.
A pesar de las dificultades, el sector oleaginoso-cerealero sigue mostrando signos de recuperación en la liquidación de divisas. No obstante, la combinación de una alta capacidad ociosa y márgenes negativos exige que los actores del sector busquen soluciones a los desafíos que enfrentan en un contexto económico complejo y en constante cambio.