Por Agroempresario.com
En el Agribusiness Conference 2024, organizado por la Cámara Argentina de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham) en el Hotel Alvear, referentes del sector agroindustrial debatieron sobre los principales desafíos y oportunidades para el desarrollo del agro argentino. Durante el evento, se destacaron temas como la infraestructura, la propiedad intelectual y la sostenibilidad como pilares fundamentales para mejorar la competitividad del país en los mercados internacionales.
El CEO de AmCham Argentina, Alejandro Díaz, señaló la importancia de la inversión en infraestructura para el crecimiento del sector agroindustrial. "No podemos depender exclusivamente del sector público para mejorar nuestras rutas, puertos y ferrocarriles", destacó Díaz, subrayando que la falta de infraestructura adecuada afecta directamente la competitividad de los productos argentinos en el mercado global.
Díaz también hizo hincapié en la necesidad de generar alianzas público-privadas para avanzar en proyectos que mejoren la conectividad y faciliten el acceso de los productores a los mercados internacionales. "La infraestructura no es solo una cuestión de logística; es una cuestión de competitividad y desarrollo económico", concluyó.
Juan Farinati, presidente y CEO de Bayer Cono Sur, abordó la importancia de la innovación para mantener la competitividad del agro argentino en el mercado global. "La innovación debe ser constante, tanto en la producción como en los procesos. Si no evolucionamos, corremos el riesgo de quedar rezagados frente a otras naciones", advirtió Farinati.
El ejecutivo también destacó el papel de la investigación y el desarrollo en la creación de soluciones agronómicas adaptadas a las necesidades de los productores. "Invertir en ciencia y tecnología es invertir en el futuro del agro", concluyó.
Juan Lariguet, presidente de Corteva Agriscience Cono Sur, destacó la importancia de reconocer la propiedad intelectual como una inversión clave para el futuro. "La propiedad intelectual es el principal motor de la innovación, ya que nos impulsa constantemente a superarnos", afirmó Lariguet.
El ejecutivo también subrayó la relevancia de cualquier esfuerzo que promueva el reconocimiento de la propiedad intelectual. "En Argentina, tenemos un ejemplo significativo con el sistema de acuerdos denominado Sembrá Evolución, que está facilitando el reconocimiento de la propiedad intelectual en tecnología y genética de autógamas. Este sistema de licenciamiento y sublicenciamiento entre productores e industria se basa en el marco legislativo, y ha permitido que Argentina vuelva a atraer inversiones en mejoramiento genético de soja y acceder a tecnologías avanzadas que existen a nivel global", concluyó.
Sergio Iraeta, secretario de Agricultura, compartió en el evento que el Gobierno se encuentra trabajando sobre las bases existentes en relación con la ley de Semillas. "Si bien no es la mejor ley, es lo que tenemos en este momento. Nuestro enfoque es reunir al sector privado, tanto a productores como a obtentores, para encontrar una solución que beneficie a todos", expresó Iraeta.
El funcionario enfatizó la necesidad de avanzar con la tecnología y la actualización del germoplasma. "Es fundamental que la regulación y la legislación fomenten el crecimiento y el buen funcionamiento de estas iniciativas", agregó.
Iraeta aclaró que, aunque no se está avanzando en un proyecto de reforma de la ley de Semillas, el Gobierno está trabajando dentro de las resoluciones vigentes y los contratos entre privados. "La idea es respetar la propiedad intelectual. No creo que los contratos entre privados alcancen el 100%, pero debemos centrarnos en entender las necesidades tanto de los productores como de los obtentores para asegurar una buena semilla", resumió.
Además, en conversaciones informales, empresarios y productores manifestaron que el actual desafío relacionado con la propiedad intelectual de las semillas no se resolverá solo con la adhesión a la UPOV-91; consideran que es necesaria una ley específica de propiedad intelectual. Cabe recordar que, a través de la “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, el Gobierno intentó adherirse al Acta de la UPOV-91, que protege la propiedad intelectual de los obtentores públicos y privados, busca generar ingresos para seguir invirtiendo en nuevas variedades y garantiza el uso propio por parte de los agricultores, aunque esta iniciativa no prosperó en el Congreso.
Juan Pazo, secretario de Coordinación de Producción del Ministerio de Economía, hizo hincapié en el evento de AmCham sobre la importancia de la adhesión al Acta de la UPOV-91, presentada a principios de año al asumir en el Gobierno. "Estamos trabajando con la normativa vigente para proporcionar seguridad, ya que entendemos que el uso de semillas de última generación es crucial para mejorar la competitividad y la productividad del sector", concluyó Pazo.
Atilio Benedetti, diputado nacional por Entre Ríos (UCR), destacó durante el evento la importancia de proteger la propiedad intelectual para fomentar el crecimiento del sector y aumentar la productividad. "A menudo se omite identificar cuál es el verdadero problema que enfrenta la producción argentina al intentar incorporar no solo la propiedad intelectual, sino todo el paquete tecnológico necesario para incrementar la productividad: la elevada carga de retenciones", afirmó.
En este contexto, Benedetti subrayó que no se puede comparar la producción de soja en Brasil y Estados Unidos, donde no existen detracciones del precio, con la producción argentina, de la cual un tercio del precio se destina al Estado. "Con los dos tercios restantes, el productor debe hacer malabares para cumplir con todas sus obligaciones. Para lograr alta productividad, no solo es crucial la genética, sino también la nutrición. Actualmente, enfrentamos restricciones en el uso de fertilizantes y la implementación de buenas prácticas, lo que aumenta la presión sobre la producción agropecuaria argentina", sostuvo.
Además, aclaró que este problema no es responsabilidad del actual Gobierno, sino que es un tema que se arrastra desde hace décadas. "Debemos abordar esta situación. Dentro de este marco, la propiedad intelectual también debe ser considerada, pero no puede ser que siempre se cargue sobre el campo, porque ya no puede soportarlo más", concluyó.
El Agribusiness Conference 2024 mostró que el agro argentino tiene un futuro prometedor si se enfoca en la inversión en infraestructura, la protección de la propiedad intelectual y el desarrollo de prácticas sostenibles. Estos pilares son fundamentales para que el país siga siendo un actor relevante en el mercado agroindustrial global.